Tras la muerte de Camarena, el Cártel de Guadalajara fue desarticulado, dando pie a la creación de los cárteles de Sinaloa, con El Chapo y El Mayo; el de Tijuana, de los Arellano Félix, y el de Juárez, con Amado Carrillo
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Cuando los agentes estadunidenses buscaban frenéticamente a Enrique ‘Kiki’ Camarena, el agente de la agencia antidrogas que había sido secuestrado en México, una fotografía encontrada en una casa de Miguel Ángel Félix Gallardo, El Jefe de Jefes, confirmó sus peores sospechas: lo había secuestrado el Cártel de Guadalajara el 7 de febrero de 1985. Su cuerpo apareció un mes después.
Un agente retirado de la Administración para el Control de Drogas (DEA), así como expedientes judiciales, revelan cómo fueron los primeros días en que el gobierno estadunidense estableció e implementó el operativo para encontrar a Enrique Camarena, quien había sido estacionado en Guadalajara para investigar a la organización liderada por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carillo.
“A mí me tocó pegarle a los dos o tres días a una casa de Félix Gallardo. Fui yo a la casa y le pegué con la Policía Judicial. En el escritorio de Félix Gallardo encontramos una foto de ‘Kiki’ Camarena. Entonces ya estaban planeando todo eso”, dijo un agente retirado de la DEA, quien formó parte del equipo investigativo que rastreó a Camarena, según Milenio.
Horacio Ayala, otro agente de la DEA, confirmó durante una audiencia en Estados Unidos, relacionada con el caso, el descubrimiento. La residencia se encontraba en la calle Mixcóatl, en Zapopan, Jalisco. Ahí se encontraron primero con la esposa del Jefe de Jefes: “había una mujer que se identificó como Elvira Murillo de Félix. Ella era la esposa de Miguel Félix Gallardo, un conocido traficante.
En uno de los cuartos en la casa, que fue identificado por Elvira Murillo de Félix como la oficina privada de Miguel Félix Gallardo, hicimos una búsqueda y recuerdo que el comandante Espino buscó algo detrás suyo. Había algunas repisas para libros en la oficina. Buscó por arriba y tomó una bolsa de mano. La llevó hacía él y mientras lo hizo, había un par de documentos, así como una fotografía que se cayó al piso. Me agaché para tomar la fotografía y era una fotografía de Enrique Camarena”, explica el agente. Para entonces, las sospechas y la información recolectada eran suficientes para establecer que el Cártel de Guadalajara estaba detrás de la agresión.
Caro Quintero y su huida
Los informantes que había desarrollado la DEA indicaron que la desaparición del agente había sido resultado de un operativo en el que Camarena participó y resultó en la destrucción de unas 2 mil 500 toneladas de mariguana en el Rancho El Búfalo, en Chihuahua, que pertenecían a Rafael Caro Quintero.
En México, el comandante Armando Pavón Reyes dirigía a la Policía Judicial Federal en Guadalajara, la unidad que se encargó de buscar a “Kiki” Camarena. La primera vez que el agente de la DEA lo conoció, fue en el aeropuerto de Guadalajara, en la más extraña de las situaciones: las agencias estadunidenses habían recibido un reporte de una aeronave sospechosa y querían que fueran a investigar. Así que ahí estaba, junto a un puñado de agentes de la DEA, otro más de agentes federales y siete hombres bien vestidos y armados con Ak-47 abordando un jet Falcon.
“El comandante Pavón dijo ‘corten cartucho’ y se oyeron los cuernos de chivo. Todos estaban detrás de los vehículos, más o menos escondidos, y luego se veían siete hombres, bien vestidos, con cuernos de chivo, con el tambor, que en se tiempo ese tambor yo creo tiraba como 90 balas”, revela el ex agente a Milenio.
Pero pronto todo cambió. “En ese tiempo el que estaba mejor vestido, traía unos jeans, traía una .45 metida con diamantes, traía una esclava, una camisa blanca, botas de avestruz, bigotes, dijeron que era policía de la Dirección Federal (de Seguridad)”, cuenta el ex agente.
Más tarde, a través de una fotografía enviada por fax directamente desde Estados Unidos, el agente averiguó que esa persona era Rafael Caro Quintero.
“El comandante Pavón dijo ‘bajen las armas’ y cuando dijo que bajaran las armas el comandante Pavón se fue a donde estaba Rafael Caro Quintero, comenzaron a hablar, se fueron detrás del avión, se subieron al hangar, adentro. En ese momento nosotros estábamos recibiendo (por radio) ‘¿paren ese avión, no deje que se escape’, pero no podíamos hacer nada, porque Caro Quintero y su personal estaban mejor armados que nosotros”.
De acuerdo con otros testimonios rendidos por agentes estadunidenses que estuvieron presentes en los hechos, Caro Quintero brindó con una botella de champán y huyó en la aeronave con destino a Sudamérica.
El cuerpo de Camarena y del piloto Alfredo Zavala, quien conducía las aeronaves con los que se hacían los reconocimientos de plantíos de mariguana y amapola, fueron encontrados por un campesino el 6 de marzo de 1985 en el rancho de la familia Bravo, en Michoacán. Estaban envueltos en bolsas, con signos evidentes de tortura.
El crimen desató una de las persecuciones y de los juicios más largos en Estados Unidos, así como la Operación Leyenda, para esclarecer los hechos y castigar a los culpables. Hasta ahora, Rafael Caro Quintero se encuentra en México sin que se haya podido concretar su extradición desde su arresto en julio de 2022.
Impacto del caso
El secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en Guadalajara en febrero de 1985 tuvo un serio impacto en México. Camarena fue el primer agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos asesinado en nuestro país. Su muerte provocó un terremoto diplomático entre ambos países. El caso Camarena llevó a la desintegración del Cártel de Guadalajara, la primera gran organización mexicana del tráfico de drogas. Los capos fueron acusados de ser los autores intelectuales del crimen.
Sin embargo, varias investigaciones apuntan también a la participación de otros actores, como la propia DEA, la CIA o el Gobierno mexicano, a cuyo secretario de Gobernación de la época, Manuel Bartlett, se le vincula con el narcotráfico en los años 80.
El caso Camarena ilustra a la perfección las oscuras relaciones que han tejido durante décadas los narcos mexicanos con sectores políticos y policiales a ambos lados del Río Bravo. A finales de los años 70, Guadalajara alumbró el primer gran cártel del narcotráfico mexicano, del que se desprenderían después infinitos brazos del crimen organizado. Con el lucrativo negocio del tráfico de opio, marihuana y cocaína, Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, pronto se convirtieron en los amos de la ciudad. Tenían en nómina a los jefes policiales del estado de Jalisco y sus tentáculos alcanzaban también algunas terminales del Gobierno mexicano.
Todo iba sobre ruedas para el cártel hasta que Enrique Camarena -un agente de la DEA de nacionalidad estadounidense pero nacido en la ciudad de Mexicali en 1947- fue destinado a Guadalajara. Gracias a su condición de mexicano, Kiki, como lo llamaban sus allegados, no tuvo demasiados problemas para infiltrarse en el mundo del hampa. Trabajó como peón de campo para los narcos y comprobó de primera mano sus actividades ilegales. La versión oficial relaciona la muerte de Camarena con el descubrimiento por parte del agente de una gigantesca plantación de marihuana en el rancho El Búfalo, en Chihuahua, administrada por Caro Quintero. Cientos de toneladas de hierba fueron quemadas por el Ejército Mexicano en el mayor golpe policial orquestado contra el narcotráfico hasta entonces.
El 7 de febrero de 1985 -solo unos meses después de esa espectacular operación- policías federales a las órdenes del cártel secuestraron a Camarena y al piloto Alfredo Zavala y los sometieron a todo tipo de vejaciones y torturas en una casa de la calle Lope de Vega, de Guadalajara. Murieron el 9 de febrero a consecuencia de las torturas y sus cuerpos fueron hallados un mes después en una zona rural del estado de Michoacán.
'Operación Leyenda'
La muerte del agente de la DEA desencadenó una respuesta sin precedentes por parte de Washington. La denominada “Operación Leyenda” desarticuló el Cártel de Guadalajara. Caro Quintero y Fonseca Carrillo fueron detenidos. Félix Gallardo caería más tarde, no sin antes haber distribuido el negocio de la droga entre sus más cercanos subalternos: los hermanos Arellano Félix se quedaron con Tijuana; a Amado Carrillo, alias El señor de los Cielos, le correspondió Juárez; e Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán fundaron el Cártel de Sinaloa.
Hasta ahí el relato oficial que muestra lo ocurrido como una mera venganza de Caro Quintero y el cártel contra Camarena por la destrucción de su gran plantación de marihuana. Pero hay otra versión de los hechos. El exagente de la DEA Héctor Berrellez estuvo al frente de la “Operación Leyenda” y, según sus investigaciones, en el crimen de Camarena habrían tenido también responsabilidades al menos un agente de la DEA, la CIA y el Gobierno mexicano.
El papel de la CIA
En la serie documental “The Last Narc” (Prime Video, 2020), Berrellez, uno de los agentes con más condecoraciones de la DEA, reveló que entre los interrogadores de Camarena se encontraba Félix Rodríguez, el agente cubano-americano de la CIA que en octubre de 1967 dirigió la captura y ejecución del Che Guevara en la aldea boliviana de La Higuera. A juicio de Berrellez, la razón por la que Camarena fue secuestrado guarda relación con su descubrimiento de un rancho del cártel en Veracruz en el que operaba la CIA con los narcotraficantes.
Según los testimonios de varios policías mexicanos (testigos protegidos por el Departamento de Justicia de Estados Unidos), Rodríguez quería saber qué información tenía Camarena sobre la colaboración de la CIA con los narcos en el tráfico de droga de Colombia a Estados Unidos vía México. Al parecer, la CIA se valía de esa cooperación para financiar a la guerrilla de la Contra en Nicaragua en plena revolución sandinista. En 2013, tres agentes norteamericanos de la DEA y la CIA (entre ellos Berrellez) declararon a la revista Proceso y a la cadena estadounidense Fox News que ese y no otro había sido el motivo real del secuestro de Camarena.
El oscuro Bartlett
Al Gobierno mexicano, por su parte, le interesaba conocer qué había averiguado Camarena sobre los nexos entre los narcos y la política. Las declaraciones de los testigos protegidos sitúan a Manuel Bartlett en la casa de torturas de la calle Lope de Vega. En 1985 ocupaba el cargo de secretario de Gobernación en el gabinete de Miguel de la Madrid. Bartlett era uno de los dirigentes más destacados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y tenía aspiraciones presidenciales.
Como responsable de Gobernación, estuvo al frente del escrutinio en las elecciones de 1988. El opositor Cuauhtémoc Cárdenas iba en cabeza hasta que se cayó el sistema. Cuando se solventó el problema técnico, el candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, resultó vencedor de la contienda. Bartlett siempre ha caído de pie. Fue secretario de Educación con Salinas y más tarde gobernador del estado de Puebla y senador durante doce años. Su tenebroso pasado no fue obstáculo para que el morenista Andrés Manuel López Obrador contara con él para dirigir uno de los organismos más importantes del país, la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
"Hace 37 años nadie hubiera pensado que un día Manuel Bartlett, quien fuera el siniestro secretario de Gobernación prisita del entonces presidente Miguel de la Madrid, terminaría sentado a un costado del que se supone es el primer presidente emanado de la izquierda en México, Andrés Manuel López Obrador, con el cargo de superpoderoso titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)", escribió en julio de 2023 la prestigiosa periodista de investigación mexicana Anabel Hernández.
En un artículo publicado en la web en español de la agencia Deutsche Welle, Hernández transcribía parte de las entrevistas que realizó en 2021 a dos expolicías del estado de Jalisco involucrados en el secuestro de Camarena. Jorge Godoy y Ramón Lira, testigos protegidos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, trabajaban en 1985 como escoltas del narco Don Neto y estuvieron en la casa de torturas de la calle Lope de Vega. Según su relato, Bartlett había recibido previamente varios millones de dólares por parte del Cártel de Guadalajara y apareció en el interrogatorio a Camarena.
En 2023, un juez federal de Estados Unidos ordenó reabrir el juicio a un policía por el asesinato del agente de la DEA. Según el auto al que tuvo acceso el diario mexicano Milenio, el magistrado John A. Kronstadt ha tomado esa decisión después de determinar que el FBI presentó pruebas falsas contra Raúl López Álvarez, uno de los policías implicados en el secuestro y asesinato Camarena. López, condenado en 1988 a cuatro penas de 60 años de prisión, alegó que su procesamiento no fue realizado con apego a la ley. El FBI presentó entonces como prueba el hallazgo de cabellos supuestamente del acusado en la casa de Lope de Vega. Una prueba que para el juez Kronstadt no es "científicamente sostenible".
El caso Camarena originó uno de los mayores conflictos diplomáticos entre México y Estados Unidos. Pese a la condena de Caro Quintero como autor intelectual del crimen, quedan todavía muchos interrogantes sin aclarar. La única certeza es que el negocio del narcotráfico en México y Estados Unidos sigue hoy tan boyante como ayer.