Morelia, Michoacán

Alberto Gómez-Tagle Chávez, catedrático del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (Inirena), encabeza un estudio pionero en Michoacán para promover prácticas de sustentabilidad hídrica en el cultivo del aguacate, uno de los productos más importantes del estado. La investigación, realizada en huertas ubicadas en San Juan Nuevo y Capula, ha revelado el significativo consumo de agua en estos cultivos, que en algunos casos puede llegar hasta 181 litros de agua diarios por árbol.

En conferencia de prensa, Gómez-Tagle detalló que en una huerta de clima húmedo en San Juan, con 185 árboles por hectárea, cada árbol consume entre 31 y 181 litros de agua al día. En Capula, donde el clima es subhúmedo y los árboles son más pequeños, el consumo por árbol varía entre 19.6 y 75 litros diarios. Estos datos preliminares son un paso importante para comprender la relación entre el tamaño del árbol, el clima y el consumo hídrico, permitiendo ajustar el manejo del agua para una producción más sostenible.

El investigador señaló que el estudio continuará durante un ciclo anual completo para comparar el volumen total de agua consumida con la producción de aguacates generada. “Este análisis nos ayudará a ajustar las estrategias de manejo hídrico, optimizando el uso del agua para mejorar la productividad sin comprometer el recurso”, explicó Gómez-Tagle.

Asimismo, Gómez-Tagle enfatizó la necesidad de ampliar la investigación a huertas de diferentes altitudes, climas y variedades de aguacate, ya que actualmente sólo se han estudiado las variedades Hass y Méndez. La intención es obtener un panorama más completo sobre las variaciones en el consumo de agua en función de factores climáticos y de cultivo.

Aunque el cultivo de aguacate suele relacionarse con el agotamiento de recursos hídricos, el experto señaló que es importante no culpar exclusivamente a esta actividad. Recordó que Michoacán ha experimentado años con precipitaciones reducidas al 60%, un fenómeno vinculado tanto al cambio climático como al evento climático de El Niño, que incrementa la necesidad hídrica de las plantas.

A diferencia de otros países como Chile, donde el acceso al agua puede ser regulado mediante subastas públicas y es común que los productores compren el recurso, en México el enfoque es comprender los mecanismos ecológicos y funcionales del bosque y del cultivo. Gómez-Tagle destacó la importancia de esta aproximación, ya que permite proponer alternativas de uso eficiente del agua que puedan evitar crisis de escasez similares a las del Valle de Valparaíso en Chile, donde los conflictos por el agua han generado tensiones sociales.

El estudio busca, en última instancia, desarrollar prácticas que permitan a los productores de aguacate optimizar el uso del agua sin comprometer su capacidad de producción.