Morelia, Michoacán

Capula vive la fe con la celebración de Santiago Apóstol, entre artesanías, gastronomía, música, baile y un pueblo que conserva su cristiana devoción.

Este viernes, desde temprana hora arrancaron los festejos de Santiago Apóstol, el santo patrono de la tenencia moreliana.

Papeles picados amarillo y blanco decoran las calles en torno de la parroquia de Santiago Apóstol, salpicadas con catrinas y vajillas de barrio, gorras para proteger el rostro del Sol, fogones donde el mole de guajolote humea, presto para ser degustado con tortillas recién hechas, cervecitas y jarritos, chucherías y dulces, entre otros.

Sobre el empedrado apuran el paso niñas y niños, a su cita para efectuar la primera comunión o la confirmación, con sus blancos ropajes y los regalos recibidos.

El camino que lleva a Santiago Apóstol se llena con los ecos de la pirotecnia, y bandas y bailarines ejecutan sus artes ancestrales, pinceladas por el catolicismo.

No quedan fuera los artesanos de manos mágicas, que en abierto desafío al tiempo y al olvido ofrecen lo mismo utensilios para la famosa muñeca Barbie, que hermosas catrinas de barro, con flores, pájaros y mariposas entretejidas.

Chirrían las cazuelas, obvio, de barro, y en los comales se inflan orgullosas las tortillas recién hechas, muestras los olores de taquitos, moles, arroz, tlacoyos, enchiladas, pambazos y toda la rica gastronomía y antojería de la región.

Hace calor, sí, pero la fe de los Caballeritos de Santiago, niños y niñas armados con la fe inquebrantable, y una cerveza o agua de horchata en la mano de los papás,ayudan a resistir.

Y conforme avanzan las horas se aproxima la gran solemnidad, la misa que habra de oficiar el arzobispo coadjutor, Armando Álvarez, para celebrar la fiesta, la devoción, el esfuerzo y la tradición de Capula, la de Santiago Apóstol.