Durante una sesión de más de 11 horas, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma del Poder Judicial, con 359 votos a favor, 135 en contra y ninguna abstención.
Este dictamen modifica, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Constitución Política y es parte del proyecto impulsado por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.
La propuesta, respaldada por una amplia mayoría oficialista, ahora deberá ser debatida en detalle antes de pasar al Senado para su aprobación final.
La sesión se llevó a cabo en una sede alterna en el gimnasio de la Unidad Deportiva Magdalena Mixhuca, dado que el edificio legislativo estaba bloqueado por trabajadores del Poder Judicial que se encuentran en huelga desde hace dos semanas.
La reforma ha generado una fuerte oposición, tanto a nivel nacional como internacional. La propuesta es rechazada por la oposición política en México y ha suscitado preocupaciones entre Estados Unidos y Canadá. Ambos países advierten que esta reforma podría amenazar la relación comercial en el marco del T-MEC y representar un riesgo para la democracia en México.
La reforma plantea que jueces y magistrados, incluidos los de la Suprema Corte, sean seleccionados a partir de listas de candidatos propuestas por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Esta medida se enmarca en un esfuerzo del presidente López Obrador por cambiar el sistema judicial, al acusar a jueces y ministros de ser cómplices de corrupción y de obstruir sus reformas en sectores clave como el energético y de seguridad.
Durante el debate, los legisladores oficialistas respaldaron la postura del presidente. Ricardo Monreal, coordinador de los diputados oficialistas, subrayó que «el poder Legislativo no puede someterse a ningún juez o autoridad distinta a nuestra soberanía», y agregó que «México está construyendo un sistema de justicia que será un ejemplo en el mundo».
La reforma, presentada en febrero, cuenta con el respaldo del partido oficialista Morena y sus aliados, quienes poseen dos tercios de los escaños en la Cámara de Diputados, suficientes para aprobar reformas constitucionales sin necesidad de negociación con la oposición. Sin embargo, la propuesta aún debe ser votada en el Senado, donde al oficialismo le falta un voto para alcanzar la mayoría calificada requerida para su aprobación definitiva.
Fuente: El Economista