Exploramos los campos de exterminio en Michoacán y su conexión con el crimen organizado. La impunidad prevalece en estos sitios de terror.
Morelia, Michoacán.– Además de Aguililla y la Costa michoacana, en los 18 años se han hallado en otros municipios varios cadáveres, pero que no han sido catalogados como ‘campos de exterminio’.
El pasado 5 de marzo, integrantes del Colectivo ‘Guerreros Buscadores de Jalisco’, ingresaron al Rancho Izaguirre, localizado en Teuchitlán, en Jalisco, donde hallaron crematorios clandestinos, ropa, alrededor de 200 pares de zapatos, mochilas y objetos personales de personas desaparecidas.
Este día, el dirigente estatal del PRI, Guillermo Valencia Reyes, señaló que Jalisco no es el único estado donde hay campos de extermino, sino que aseguró que en Aguililla y la Costa michoacana, desde hace algunos meses, operan este tipo de sitios en los que los grupos criminales se deshacen de cadáveres.
En los últimos 18 años, son varios los casos de sitios donde los grupos del crimen organizado han usado para desaparecer a sus víctimas.
Estos lugares no solo han servido para la ejecución de personas, sino también para la eliminación de cuerpos con métodos que dificultan su rastreo.
Uruapan: el motel del horror
Durante el auge del Cártel ‘La Familia Michoacana’, en el 2006, las autoridades estatales descubrieron un sitio de exterminio en el motel Paraíso, ubicado en la carretera libre a Pátzcuaro, en Uruapan. En este lugar se hallaron restos humanos y pertenencias de alrededor de 68 personas.
Posteriormente, en 2009, en la localidad de Tejerías, se localizaron fincas y una bodega con múltiples cuerpos desmembrados.
Algunos de los restos fueron encontrados dentro de tinacos, lo que evidencia la brutalidad con la que operaban estos grupos criminales.
Los Negritos: de balneario a fosa clandestina
En el 2012, en el antiguo balneario de ‘Los Negritos’, en el municipio de Villamar, también se localizó un centro de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Una investigación realizada en 2022 permitió la localización de 25 cuerpos en fosas clandestinas, aunque testimonios de habitantes y autoridades forenses sugieren que el número real de víctimas enterradas en el sitio podría ascender a 500.
El Panteón: la fosa ignorada por las autoridades
En 2019, un grupo de ejidatarios de Zirimícuaro hallaron, durante una reforestación en una brecha conocida como ‘El Panteón’, una fosa clandestina con restos humanos, y aunque se sospechó que el lugar era usado por el CJNG, no solo como centro de exterminio, sino también como base de entrenamiento para nuevos sicarios.
A pesar de la evidencia, la fiscalía estatal no inició una investigación a fondo, dejando el caso en la impunidad.
Aquila: la herencia de los Caballeros Templarios
Tras la expulsión de ‘Los Caballeros Templarios’ de Aquila, en la costa michoacana, se descubrieron restos de construcciones utilizadas por el grupo delictivo. Estas estructuras semidestruidas eran utilizadas para reuniones, ejecuciones, orgías y rituales, sin que, hasta la fecha, se conozcan más pormenores de investigaciones de las autoridades.
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Campos de extermino en Michoacán, entre la impunidad y el terror
Los campos de exterminio no solo han servido para desaparecer a víctimas, sino también para el adiestramiento de nuevos sicarios de los grupos criminales.
A pesar de los hallazgos, la impunidad sigue siendo una constante en el estado, y muchos de estos lugares permanecen sin una investigación exhaustiva, por lo que la impunidad prevalece.
