Se presentó una reseña histórica destacando el aporte de los pueblos originarios a la Revolución Mexicana, por Nancy Pahua, alumna de la UIIM

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Por primera ocasión, durante el acto cívico conmemorativo de la Revolución Mexicana, se habló la lengua materna de los pueblos indígenas y se honró a la bandera purépecha, alzando la mano izquierda empuñada, fue llevada por mujeres que portaban el traje tradicional, eso se debió, a que fue la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM) la responsable de realizar el acto cívico.

Frente al palacio municipal, las autoridades municipales, educativas, alumnado y población en general, se realizó el 114 aniversario de la Revolución Mexicana, primero en lengua purépecha, y después en español.

Se presentó una reseña histórica, destacando el aporte de los pueblos originarios a la Revolución Mexicana, por la alumna Nancy Pahua del séptimo semestre de la UIIM en la licenciatura de comunicación intercultural, “en este movimiento fue fundamental como lo ha sido en todos los movimientos desde la propia independencia de nuestro país, gracias a su participación en esta lucha, se lograron cambios significativos en lo político, social y económico, su lucha por la tierra, la justicia social, y la autonomía sigue siendo un legado importante para México”.

Como acto cultural, se presentó la Orquesta Tradicional de la UIIM sede Kanangio; para continuar con el discurso oficial, por el rector de la universidad, Francisco Marques Tinoco, quien expresó: “la igualdad y la libertad fue el grito de un pueblo en opresión, la desigualdad y la falta de oportunidades, un pueblo que buscaba construir un México más justo, incluyente y democrático, (…) hoy quiero dedicar este mensaje a un legado fundamental de la revolución la educación como un motor de cambio y de progreso”.

Al concluir el acto cívico, se inició con el tradicional desfile cívico deportivo, con la participación de las diferentes escuelas de la ciudad, haciendo presencia las adelitas, niñas y mujeres vestidas con faldón largo, botas, blusa y carrilleras, algunas con rifle en mano, otros más portaban el uniforme de su institución educativa, marchando acorde a las indicaciones que se daban a través del sonido del silbato.

Los estudiantes del plantel CONALEP Pátzcuaro, en un sentido homenaje a Jesús Emmanuel, el joven que murió en playa azul, arrastrado por el mar, uno de sus compañeros llevaba consigo una foto en un marco, otros una lona con la foto de él y globos blancos, que al llegar a la plaza Vasco de Quiroga, soltaron y se elevaron, para recordar a su compañero de estudios.

Las diferentes bandas de guerra, acompañaron a los contingentes, así como las escoltas que portaban el Lábaro Patrio, todos de manera coordinada marcharon por las calles del centro histórico de Pátzcuaro, en un ambiente de tranquilidad, aunque con poca participación de la población, en otras ocasiones se veía una plaza llena de gente, ahora no fue así, una cierta intranquilidad se percibía en el ambiente.

¿Te diste cuenta lo que pasó en Tzurumútaro?, le preguntó una señora a su comadre, quien respondió: “sí comadre, que feo estuvo eso, ya no es el Pátzcuaro de antes, no solo se lo llevaron a él, dicen que también hay otras personas desaparecidas, Dios los ayude y a nosotros también comadre”, ¡ahí viene!, interrumpió una niña la plática y corrió a echarle confeti a un joven que iba desfilando, quien solo sonrió al verlas.

El clima favoreció a este desfile tradicional, al sentir un aire fresco, pero también los rayos de sol eran intensos, aunque las nubes los tapaban por momentos. Ella, era parte de la escolta, portaba su traje sastre color azul, sin embargo, llevaba zapatos con tacón, en el rostro se le veía que quería ocultar el dolor que le ocasionaba el roce de la zapatilla que le ocasionada arriba del talón, donde ya se le podía ver la sangre escurriendo, ella, seguía el paso de la escoltar, seguramente sintiendo un fuerte malestar.

Una de las escuelas, presentó el juego tradicional de la lotería, cada uno de sus alumnos se “disfrazó”, de la carta que correspondía a este juego tan mexicano; también presentaron las mojigangas vestidas de adelitas y de revolucionarios, que manipulaban con madera. No podían faltar las tablas gimnásticas y las muestras de algunos de los deportes que los alumnos de las diversas escuelas realizas en sus instituciones educativas.