Morelia, Michoacán, 11 de octubre de 2024.- México es un país con una gran diversidad cultural, geográfica, natural y gastronómica, pero hay estados que destacan más que otros por su comida.
Michoacán es uno de ellos, estos son algunos de los platillos más famosos de Michoacán, representan a la perfección la mezcla que tuvieron las culturas prehispánicas con los ingredientes y técnicas de los conquistados y otras culturas que llegaron a su territorio.
¿Cuáles son los platillos más famosos de Michoacán?
Michoacán es una de las más grandes joyas de la gastronomía mexicana, y sus platillos destacan por su historia, tradiciones y uso de ingredientes locales. Estos son algunos de los platillos más emblemáticos y famosos del estado.
- Corundas: estas son tamales pequeños y triangulares, envueltos en hojas de maíz, sin relleno o con un poco de queso y crema. Las corundas se sirven con salsa de jitomate y crema, y a veces se acompañan de carne de cerdo. Son muy tradicionales en fiestas y celebraciones, y su sencillez contrasta con su sabor casero y cálido.
- Uchepos: se trata de tamales suaves hechos con maíz tierno o elote. A diferencia de los tamales tradicionales, su sabor es dulce y no llevan relleno, aunque a veces se acompañan con crema, queso o salsa de jitomate. Es un plato que resalta la riqueza del maíz en su forma más tierna, ideal para acompañar un café o como parte de un desayuno.
- Carnitas: un clásico de la cocina michoacana, las carnitas son trozos de cerdo cocinados lentamente en su propia grasa hasta quedar crujientes por fuera y jugosos por dentro. Se suelen servir en tacos con tortillas de maíz recién hechas, cebolla, cilantro y salsa. Este platillo tiene su origen en Quiroga, donde cada establecimiento tiene su estilo propio de cocinarlas.
- Sopa tarasca: es una sopa espesa de frijol negro o colorado, con base de jitomate, chile y ajo. Se sirve con tiras de tortilla frita, crema, queso y aguacate. Este platillo tiene raíces indígenas purépechas y es una representación clara de la fusión de ingredientes prehispánicos con la influencia española.
- Churipo: un guiso tradicional de los purépechas, el churipo es un caldo rojo a base de chile guajillo con carne de res y verduras como zanahoria y col. Es uno de los platillos más antiguos de Michoacán, y suele servirse en las festividades importantes, acompañado de corundas.
- Aporreadillo: el aporreadillo es un plato de carne seca (cecina) desmenuzada, cocinada con huevo, chile y jitomate. Se sirve generalmente en el desayuno y es una combinación de sabores fuertes y picantes. Se acompaña con frijoles y tortillas, siendo un alimento energético para empezar el día.
- Atápakua: este guiso es una tradición purépecha y es una especie de salsa espesa hecha con una variedad de chiles, tomate y especias, que se sirve con carne o verduras. Su origen prehispánico lo convierte en un símbolo de la preservación de las tradiciones culinarias locales.
Breve historia de la gastronomía de Michoacán
La gastronomía de Michoacán tiene raíces profundas que se remontan a la época prehispánica, cuando los purépechas, una de las culturas más avanzadas del México antiguo, dominaban la región.
Los purépechas no solo establecieron un sistema social y político fuerte, sino que desarrollaron una cocina rica y variada basada en los ingredientes disponibles en su entorno, como el maíz, los frijoles, el chile y las calabazas. El maíz, pilar de la dieta purépecha, se preparaba en diversas formas: tortillas, tamales y atoles.
Un aspecto importante de la cocina michoacana es su conexión con las técnicas de cocción tradicionales, como el uso de comales de barro y fogones. Estos métodos antiguos, todavía en uso en muchas comunidades rurales, permiten mantener sabores auténticos que han perdurado a lo largo de los siglos.
Los purépechas también tenían una gran afinidad con el pescado, especialmente en las áreas cercanas al lago de Pátzcuaro, donde se desarrollaron platos como el famoso charal frito y la sopa de pescado blanco.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, la cocina michoacana experimentó una fusión de ingredientes y técnicas culinarias. Los colonizadores trajeron nuevos productos como el trigo, el cerdo, la res y el azúcar, lo que diversificó aún más el repertorio de la región. Aquí es donde nacen platillos como las carnitas y las empanadas, que combinan lo indígena con lo europeo.
Durante la época colonial, Michoacán también fue un importante centro agrícola y cultural, especialmente en la ciudad de Morelia, que en ese entonces era un lugar de intercambio entre españoles, indígenas y mestizos.
Las cocinas conventuales también jugaron un papel fundamental en este periodo, ya que las monjas desarrollaron recetas complejas y dulces tradicionales, como el ate de membrillo.
En el siglo XX, la cocina michoacana comenzó a ganar reconocimiento más allá de sus fronteras. La diversidad de ingredientes y técnicas artesanales fue clave para este auge, un hito importante en la historia moderna de su gastronomía fue el reconocimiento de la Cocina Tradicional Mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010.
En el que Michoacán fue la región modelo debido a la riqueza de sus recetas y la preservación de su cultura culinaria. Las cocineras tradicionales, guardianas de los saberes ancestrales, fueron cruciales para este logro.
Hoy en día, la gastronomía michoacana sigue siendo un puente entre el pasado y el presente. Cada platillo cuenta una historia de resistencia, adaptación y creatividad, destacando la habilidad de sus habitantes para aprovechar los recursos naturales de su tierra y mantener viva una cocina que es un testimonio de la identidad cultural del estado.
Estos platillos más famosos de Michoacán son un fiel reflejo del legado cultural e histórico del estado, preservar, adaptar y combinar 2 mundos en uno solo, es algo que muy pocas culturas pudieron lograr con tanto éxito como los antiguos purépechas. (CON INFORMACIÓN DE: EXCÉLSIOR)