Coimbra, Portugal, 04 de febrero de 2025.- Elon Musk, Mark Zuckerberg y Donald Trump; decir estos tres nombres en la misma oración parecía muy difícil dado que hace poco, los dos multimillonarios no solamente no formaban parte de las amistades del ahora presidente, sino que, incluso muchas veces mostraron su descontento hacia él, sin embargo, debemos acostumbrarnos a la imagen que nos regaló la investidura presidencial del lunes antepasado, aquella que mostraba a Donald Trump rodeado de los hombres más ricos del mundo.
Pero pocos somos los que recordamos que durante su campaña electoral Trump hacía mención a la clase trabajadora de los Estados Unidos, reivindicando viejas glorias cuando abundaba el empleo y los salarios realmente alcanzan para una buena vida.
Entonces, ¿Cómo es que esa retórica de “Hacer a los Estados Unidos grande otra vez” y de velar por los intereses de la clase trabajadora tiene que ver con toda esa gente rica? Pues a mí parecer no tiene nada que ver en lo absoluto.
Fue el mismo Trump quien se colocó el mote de ser un político antisistema, en contra del gobierno de Biden y de los hombres ricos y poderosos quienes sólo tomaban decisiones erróneas y dañaban al ciudadano común norteamericano, pero a su vez, fueron estos hombres ricos y poderosos quienes financiaron su campaña electoral y que ahora forman parte de su círculo más cercano.
Sin embargo, no sólo el presidente traicionó su propia saliva, de la misma manera los magnates quienes no simpatizaban mucho con él, cambiaron de decisión y dieron su apoyo a la candidatura de Trump.
Cuando estas adineradas personas se dieron cuenta de que el gobierno de Biden así como otros gobiernos e instituciones extranjeras comenzaban a regularizar y poner trabas a ciertas medidas de sus empresas, vieron en Trump una persona que sin lugar a dudas podría ayudarles a sus intereses particulares, en segundos, todos cambiaron de “ideales” y comenzaron a ver en Trump a su próximo presidente.
La unión del gobierno y de la oligarquía tecnológica me deja dos conclusiones, la primera es la de desenmascarar aquella creencia de que Trump es un personaje antisistema, la realidad es que Trump es el resultado del mismo sistema y sociedad estadounidense ya tan fragmentado que no se reconoce y por ello mismo trata de recordar tiempos pasados, donde todo era mejor.
Por el otro lado y lo que más me preocupa, los multimillonarios de las grandes empresas tecnológicas llegaron a la política para incrustarse, cierto es que, siempre los ricos y poderosos se han inmiscuido en los temas políticos, pero ahora gracias al uso de las redes sociales y de su alcance, ellos comienzan a tener otro poder, el de decidir a quién ponen y a quien quitan de la silla presidencial y todo sólo para “Hacer de sus empresas grandes otra vez”.
¿Qué tan fuerte será el trumpazo? El mundo ante la incertidumbre de Donald Trump