Las imágenes originales, así como los restos óseos de Tata Vasco, participaron en la masiva celebración religiosa por los 500 años de la evangelización en Michoacán.

Angélica Ayala / Colaboradora La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. En un hecho histórico para los fieles católicos, la tarde de este viernes, tras décadas, las imágenes originales del Cristo de la Tercera Orden y la Virgen Inmaculada de la Salud, se reunieron en la plaza Vasco de Quiroga, para conmemorar los 500 años de la llegada de la evangelización a Michoacán.

En punto de las 16:30 horas el repique de campanas empezó a sonar en todas las iglesias de la ciudad de Pátzcuaro, el intenso titilar se escuchaba por varias cuadras. Los cohetes también empezaron a tronar en el cielo, señal de que pronto las peregrinaciones iban ya a salir.

Con toda solemnidad la virgen de Tata Vasco, fue bajada de su camarín por los Caballeros de la Virgen Inmaculada de la Salud, tras colocarle su protección, salió de su Basílica para recorrer algunas calles y llegar al punto de encuentro, la banda de guerra abría paso al contingente.

Mientras que en el templo de San Francisco de Asís, donde se venera y resguarda la imagen del Cristo de la Tercera Orden, fue también bajado de su lugar de honor, para así después de 70 años, caminar resguardado por la Hermandad de Encapuchados, que como cada viernes santo, salen a las calles descalzos y con sus respectivas túnicas y capuchas, ahora fue diferente, no era por penitencia, era para agradecer la evangelización,  especialmente por Fray Martín de la Coruña, primer franciscano en llevar la Palabra de Dios a la región lacustre y un poco más allá.

En la plaza Vasco de Quiroga se instaló el altar, a un costado de la efigie del primer obispo de Michoacán, Tata Vasco como le decían los indígenas.

Sus restos, también acompañaron a la Virgen Inmaculada de la Salud.

La plaza Vasco de Quiroga, empezó a llenarse de fieles que llegaron antes de quienes venían con los contingentes, ya que de manera simultánea salieron de las iglesias de San Francisco, de la Basílica y del Santuario, en este último, fue la sagrada Eucaristía de gran formato que también llegó a la plaza Vasco de Quiroga.

Momentos antes de que llegaran, arribó el arzobispo de Morelia, Carlos Merlos Garfías, quien en la homilía expresó: “La esperanza que no declina, que esta celebración nos ayuden a recuperar la confianza tanto en la Iglesia como en la sociedad”, al referirse a los años jubilares, especialmente en el que estamos.

Las Madres Dominicas, también formaron parte de esta conmemoración, son las fieles guardianas de la Virgen de la Salud y responsables de cambiar el ajuar de la imagen milagrosa dos veces al año en sus festividades. Los sacerdotes de la región y seminaristas también participaron.

La alegría, fe y solemnidad conjugaron esta conmemoración de los 500 años de Evangelización y recordando especialmente a Fray Martín de la Coruña.

Con la celebración de la eucaristía, concluyeron las actividades eclesiásticas que iniciaron el pasado agosto.