Coimbra, Portugal, 07 de febrero de 2025.- Durante estas semanas y me atrevo a decir que ya son meses, mucho se ha hablado de Donald Trump. Desde especulaciones de lo que sería y será su mandato, hasta las acciones que comenzó a realizar desde su llegada a la Casa Blanca.
Uno de los temas más debatidos fueron los aranceles, en donde hace apenas unos días se los impuso a sus dos grandes socios de Norteamérica, aunque prontamente los suspendió. No obstante. Así mismo hubo otros asuntos dentro de esta caja de pandora, por ejemplo, todo el drama de sus escándalos y crímenes, la guerra comercial con China y las ocurrencias de la compra de Groenlandia y el cambio del nombre del Golfo de México. Sin embargo, la gran mayoría —incluyéndome —hemos olvidado lo más relevante y que va más allá de un solo hombre, aunque este hombre sea Trump, eso es la muy notoria y tangible decadencia estadounidense.
A inicios del siglo pasado, el Reino Unido seguía siendo la potencia hegemónica mundial, sin embargo, a raíz de la Primera y sobre todo la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos entró de relevo y tomó el mote de ser la potencia del mundo. A lo largo del siglo XX los Estados Unidos no hacían otra cosa sino mostrar su poderío comercial, económico, tecnológico, militar y hasta cultural inundando con sus marcas y estilo de vida a todo el globo terráqueo.
Por eso, casi a todos nosotros nos cuesta entender el mundo sin los Estados Unidos como cabecilla del mismo, pero hoy más que nunca, ese mundo está en declive y la presidencia de Trump lo demuestra. No son sólo las contrariedades que los Estados Unidos tienen con China, sino son sus mismos problemas internos los que los han obligado a ya no poder ser la policía del mundo ni financiar organismos internacionales.
Trump sabe que aquel Estados Unidos que podía hacerse cargo de sus asuntos domésticos y a la vez, poder intervenir en el mundo, ya no está y por eso optó por darle importancia a su política interna, y es aquí donde debemos preguntarnos ¿En verdad nos conviene un mundo sin Estados Unidos a la cabeza?
Sé que muchos de nosotros como latinoamericanos y en especial como mexicanos contestaríamos que “sí”, esto lo haríamos más por rencor y venganza que por un análisis del tema, pero la verdad es que con una China e India en auge y con la siempre vigilante Rusia, no veo un panorama tan positivo. No sólo es ver quién sustituirá a los Estados Unidos, también es menester entender que el sistema político internacional se convertirá en un sistema multipolar donde varias potencias lucharán por el control del poder y regiones como Latinoamérica y Europa inclusive, quedarán en medio.
Con esto, no quiero que me malentiendan, no estoy diciendo que quiero que Estados Unidos controle cada paso que damos ni tampoco vivir a su sombra, sin embargo, al ser el socio comercial más importante de México y el aliado de Europa, daba cierta estabilidad al mundo occidental, un mundo que ya conocíamos, y por ahí dicen que “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
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