El Museo Cristóbal aborda por primera vez la alta perfumería Balenciaga, Chanel, Dior y Schiaparelli
San Sebastián. El Museo Cristóbal Balenciaga aborda por primera vez la alta perfumería en Francia y España a través de creaciones del propio Balenciaga, Chanel, Dior y Schiaparelli, casas históricas como Lubin, Guerlain o Myrurgia, y referencias locales como Gurys o Calber.
El Palacio Aldamar, anexo al edificio del Museo Balenciaga en Getaria, acoge la muestra 'El perfume en el tiempo de Balenciaga', comisariada por Anne Thoysy-Dallem, que ha trabajado durante 20 años como conservadora en museos franceses y atesora más de 3.500 piezas relacionadas con la perfumería, y Juanjo Ruiz Crivillé, que lleva 40 años coleccionando aromas de época.
En total se exponen alrededor de 600 piezas de alta perfumería y accesorios entre cajas, polveras, expositores y material publicitario producido por artistas como Dalí, Mucha y Carmin.
Perfumes creados por Balenciaga como 'Le Dix', 'Quadrille', 'La Fruite des Heures', 'Eau de Balenciaga' y 'Hoh Nag' Balenciaga junto con otros de la Casa Benegas de San Sebastián, además de la reedición de fragancias históricas aportadas por la Osmothèque de Versalles, el primer conservatorio de perfumes, completan los objetos que pueden ser visitados en el Palacio Aldamar hasta el próximo 8 de diciembre.
La muestra abarca la cronología de Cristobal Balenciaga, de 1895 a 1972, un periodo que coincide con la historia del perfume moderno.
El recorrido expositivo arranca con los aromas que utilizó la Duquesa de Casa Torres para la que cosía la madre de Balenciaga, en una época en la que se impusieron los aromas basados en violetas y que quizás fueron los primeros que el modisto olió cuando era niño.
Balenciaga creó en 1947 su primer perfume, 'Le Dix', con el que se sumó a la lista de couturiers que se convirtieron en vendedores de fragancias porque era un negocio próspero y empezaron a crear aromas en las décadas de los años 40, 50 y 60.
El icónico 'Chanel nº5', creado en 1921 por Ernest Beaux, constituye un hito en la unión entre alta costura y perfumería, una alianza que tras la Segunda Guerra Mundial se consolida con el lanzamiento de 'Elyssées 64.83' de Pierre Balmain, 'Ma griffe' de Carven y 'Miss Dior' de Christian Dior en 1947.
La muestra recoge también frascos y materiales de casas españolas como Mirurgya y Pareras, que se consolidaron desde 1910 como proveedores de la burguesía naciente de Barcelona y Badalona y que tuvieron un gran éxito internacional.
Entre las curiosidades figura la reproducción de 10 fragancias icónicas que el Museo Balenciaga ha llevado a cabo en colaboración con la Osmothéque de Versalles y que se pueden disfrutar en la muestra.
Entre ellas, la que usaba la marquesa de Casa Torres, lo que ofrece al visitante experiencia olfativa y recupera olores que ya no se pueden encontrar.
Figuran también 'Le Dix' y 'Quadrille', que Balenciaga presentó en de 1955, diseñado por Pierre Camin con su característica caja de cartón blanco en relieve, que se convirtió en perfume personal de Cristóbal Balenciaga.
En la selección se encuentran figuran 'Le Parfum Idéal', lanzado en 1900 para la Exposición Universal de París; 'Shalimar' de Guerlain, 'Eau Fraîche' de Dior; y 'Le De', segunda fragancia de Hubert Givenchy.
Todos ellos constituyen un ejemplo de la aportación realizada por los diseñadores que consideraron el perfume como "el accesorio invisible y definitivo de la moda", en palabras de Coco Chanel.