Morelia, Michoacán, 07 de agosto de 2024.- El vino tinto ha sido consumido por la humanidad desde hace cientos de años. En México, esta bebida alcohólica está presente en las casas de muchas familias. Por ello, los consumidores buscan comprar de manera inteligente. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio donde analizó 19 marcas mexicanas de vino tinto.
Los puntos de análisis del estudio fueron la cantidad de alcohol, el extracto seco, la cantidad de metanol, su contenido neto y, por supuesto, la parte sensorial (olores y sabores), esto desde el punto de vista de catadores expertos.
Hay una marca de vino mexicano que además de tener buenos análisis obtuvo las cinco estrellas de la evaluación sensorial de los expertos. Se trata de ORLANDI, cuya variedad de uva es Merlot-Cabernet Sauvignon, la botella es de 750 ml, con un contenido de alcohol de 12.57. En la actualidad, este vino tiene un costo que va de los 420 a los 490 pesos mexicanos, dependiendo de donde se compre.
Para el análisis sensorial, tres catadores completamente independientes probaron los productos totalmente a ciegas, utilizando criterios que aplicaron de forma equitativa. Se buscaron defectos en los vinos como olores acéticos, a turbiedad, a humedad,a moho o solventes; y sabores desbalanceados o agrios.
El vino peor calificado por los catadores, con tan sólo una estrella, es el de la marca FERRIÑO Sangre de Cristo, mismo que no declara la uva que se utiliza, con 12.88 de alcohol, de sabor dulce y con una capacidad de 750 ml.
¿Cómo catar el vino?
Catar el vino es una experiencia sensorial que permite apreciar las cualidades y matices de esta bebida. Estos paso te permitirán, de forma muy general, catar:
Observación:
Color y Limpidez: Sirve el vino en una copa adecuada y observa el color bajo una fuente de luz. El vino puede variar desde tonos claros como pajizo en los blancos, hasta tonos oscuros como granate en los tintos. La limpidez también es importante; un vino limpio y brillante suele ser de buena calidad.
Viscosidad (Lloro): Gira suavemente la copa y observa las lágrimas que se forman en las paredes. Un vino con gotas que caen lentamente suele tener mayor grado alcohólico y contenido de azúcar.
Olfato:
Primer Nariz: Huele el vino sin agitar la copa. Esto te permite captar los primeros aromas, que pueden ser frutales, florales o herbales.
Segundo Nariz: Agita suavemente la copa para liberar más aromas y vuelve a oler. En esta fase, se pueden detectar más matices, como notas especiadas, de madera o minerales. La complejidad aromática es indicativa de la calidad del vino.
Gusto:
Primer Sabor: Toma un pequeño sorbo y permite que el vino cubra toda la lengua. Presta atención a los sabores principales: dulce, ácido, salado y amargo. La acidez suele ser más notoria en los vinos blancos, mientras que los tintos pueden tener mayor tanicidad.
Cuerpo y Estructura: Evalúa la densidad del vino en la boca. Un vino con buen cuerpo suele tener una sensación más plena y aterciopelada. La estructura incluye el balance entre acidez, alcohol y taninos.
Retrogusto: Después de tragar o escupir el vino, evalúa la persistencia de los sabores. Un vino de calidad dejará un retrogusto largo y agradable.
Conclusión:
Después de analizar los aspectos visuales, olfativos y gustativos, forma una opinión sobre el vino. Considera su complejidad, equilibrio y armonía general.
Catar vino es una habilidad que mejora con la práctica, permitiéndote disfrutar y apreciar más cada copa. (CON INFORMACIÓN DE: INFOBAE)