De acuerdo con el gobierno de EUA, las extradiciones son muestra de la nueva política de por la Casa Blanca de ejercer presión directa para obtener resultados en seguridad.

Arved Alcántara, La Voz de Michoacán

Sin agradecimientos al gobierno de México y resaltando en su lugar “la mano dura” de la administración de Donald Trump, el Departamento de Justicia de Estados Unidos confirmó la extradición de 29 personas desde México, todas señaladas por su participación en delitos relacionados con el narcotráfico y el crimen organizado. Entre ellas destaca Rafael Caro Quintero, acusado de la muerte del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, ocurrida en 1985.

De acuerdo con la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, este traslado es una muestra de la nueva política adoptada por la Casa Blanca, basada en ejercer presión directa sobre gobiernos extranjeros para obtener resultados en temas de seguridad. Enfatizó que estos detenidos enfrentarán juicios por delitos graves, que incluyen homicidio, tráfico de drogas, lavado de dinero y uso ilegal de armas.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos evaluará si puede aplicar nuevos cargos por terrorismo y violencia contra los 29 extraditados por México hoy y si es posible contemplar la pena de muerte, según los más recientes lineamientos de la Administración Trump.

"Los fiscales federales evaluarán si son apropiados cargos adicionales por terrorismo y violencia... y si la pena capital está disponible con base en la Orden Ejecutiva 14164 y la guía de la Fiscal General del 5 de febrero con respecto a la pena de muerte", dijo el Departamento de Justicia en su comunicado de hoy.

La entrega masiva, según el Departamento de Justicia, es parte de un mensaje de fuerza que el gobierno estadounidense busca enviar a los cárteles y a organizaciones delictivas transnacionales. Emil Bove, fiscal general adjunto interino, afirmó que esta postura pretende garantizar que ningún líder de grupos criminales escape de la justicia.

Kash Patel, director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), aseguró que el compromiso de las autoridades es perseguir a los miembros de cárteles donde quiera que se encuentren, eliminando cualquier posibilidad de que continúen operando sin consecuencias. Patel calificó esta entrega como un punto de quiebre para quienes creen que las estructuras criminales pueden seguir actuando con impunidad.

En el caso de Caro Quintero, la Administración de Control de Drogas (DEA) resaltó su importancia por ser uno de los fugitivos más buscados durante cuatro décadas. Su captura y extradición es considerada una victoria simbólica para la agencia, especialmente porque es señalado como autor intelectual del asesinato de uno de sus propios agentes.

Derek S. Maltz, administrador en funciones de la DEA, destacó que esta extradición tiene un valor especial para la familia de Enrique Camarena y para todos los agentes que han trabajado durante años en busca de justicia. Recalcó que este mensaje no sólo va dirigido a Caro Quintero, sino a todos los líderes de cárteles, operadores financieros y sicarios involucrados en las redes criminales.

Además de Caro Quintero, entre los extraditados hay integrantes de alto rango de cárteles como el de Sinaloa, el Jalisco Nueva Generación y Los Zetas, quienes ahora enfrentan procesos en cortes federales estadounidenses por cargos vinculados al tráfico de drogas, lavado de dinero y homicidio.

El Departamento de Justicia y la DEA recalcaron que este proceso es una advertencia para cualquier narcotraficante que opere entre México y Estados Unidos, bajo la consigna de que sin importar el tiempo que pase o lo lejos que intenten huir, “la justicia los encontrará”.