Morelia, Michoacán, 29 de septiembre de 2024.- Estas son las Lecturas, el Salmo y el Evangelio de la Misa dominical del 29 de septiembre 2024. ¡Conócelas!
Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (11, 25-29)
El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a decir a Moisés: “Eldad y Medad están profetizando en el campamento”.
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: “¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!”.
Moisés replicó: “¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!”.
Palabra de Dios.
Salmo
Salmo (18)
R/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta de Santiago (5, 1-6)
Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.
Palabra de Dios.
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Marcos (9, 38-43. 45. 47-48)
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo”.
Jesús replicó: “No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue”.
Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio: Por Cristo o contra él
El texto de Marcos presentado en este domingo es una sección que contiene enseñanzas de Jesús sobre la importancia de la humildad y la unidad entre los seguidores de Jesús, la exclusión de aquellos que no siguen a Dios, la recompensa por la generosidad y la hospitalidad hacia los seguidores de Jesús y por último la necesidad de la auto-disciplina y renuncia a los deseos mundanos para seguir a Dios.
Hoy Dios quiere que examinemos nuestro servicio en la iglesia. La humildad debe ser pilar fundamental de nuestro caminar. En el pasaje vemos como Juan y los discípulos habían adquirido cierto ego o superioridad por ser parte de los doce, tratando de guardar para ellos las bendiciones y los milagros de Dios, incluso olvidándose de quien es el camino y actuando bajo impulsos propios, se puede ver igualmente como crean un pequeño “club” al decir “los nuestros”. Es ahí cuando vemos en nuestro interior y nos preguntamos ¿Qué tipo de servicio estoy dando? ¿Sigo mis impulsos propios o busco que la palabra de Dios sea mi brújula? ¿Me encierro en mi grupo de “los nuestros” o busco llevar la Palabra a todo mí alrededor?
Luego de este primer examen Jesús nos recuerda un poco la recompensa de seguirlo a él. Para el Señor no hay ningún servicio insignificante, que pase desapercibido o que quede sin recompensa. Por ejemplo, echar un demonio en su nombre, podría parecer algo espectacular, mientras que dar un vaso de agua puede ser una cosa muy corriente. Sin embargo, el Señor ha prometido recompensar cualquier cosa que hagamos por amor a su nombre. La lógica de lo que el Señor estaba diciendo es que él considera que un vaso de agua dado a una persona porque es de Cristo, lo consideraría como ofrecido a Él mismo. Todo esto nos recuerda que para el Señor nuestros hermanos son muy importantes, igual que lo que hacemos por ellos.
Hay que trabajar por la unidad, por no dejar que la división vaya ganando terreno en tu vida de fe. Por eso es importante pedir la gracia del discernimiento.
La primera pregunta para determinar si se está por Cristo o contra él, es ¿si se tiene un celo por Cristo? Esto es, si existe un deseo interno y por ende una conducta que exprese un amor exclusivo por Cristo, por guardar su verdad, por reconocer lo que él es y lo que él hace. O si por el contrario, servimos a nuestros intereses particulares, o a los intereses particulares de una organización externa, que bien puede ser parte de la manifestación de la iglesia visible (o local), no es la manifestación completa del cuerpo de Cristo
Por Cristo o contra él, se determina también si hay amor por Cristo o por sí mismo. Muchos pueden estar trabajando en sus propios intereses o en los intereses de su denominación o movimiento, llenos de amor propio, de deseos de grandeza, pero no de amor por Cristo. Busquemos qué nos impide para renunciar aquello que nos aleje de Jesucristo. (CON INFORMACIÓN DE: P. MÁXIMO EVIA RAMÍREZ / DESDE LA FE).
Evangelio del domingo: “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos”