Morelia, Michoacán
Heliodoro Gil Corona, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) ofrece un detallado análisis sobre la reciente depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense, señalando múltiples factores coyunturales y estructurales que han influido en este comportamiento.
Según Gil Corona, la semana pasada fue particularmente turbulenta para los mercados financieros, impactando significativamente la paridad cambiaria entre el peso y el dólar. El investigador destacó dos tipos de factores que deben considerarse en el análisis económico: los inmediatos y los de mediano y largo plazo.
En términos de factores inmediatos, Gil Corona mencionó la reciente elección del 2 de junio y la victoria de Claudia Sheinbaum hacia la presidencia de la República, así como la mayoría constitucional lograda por Morena y sus aliados en las cámaras de diputados y senadores. Este contexto político ha generado temor e incertidumbre entre los inversores, principalmente debido a las posibles reformas constitucionales anunciadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que incluyen cambios en el Poder Judicial y la eliminación de organismos autónomos.
La preocupación por estas reformas, particularmente aquellas que afectan al Instituto Nacional Electoral (INE), ha contribuido a la volatilidad del mercado. Gil Corona subrayó que las declaraciones apresuradas sobre estas reformas han sido imprudentes, generando una reacción negativa en los mercados financieros y resultando en un “viernes negro” con una significativa depreciación del peso frente al dólar.
Adicionalmente, el investigador destacó que el fortalecimiento del dólar se debe en parte a la mejora del mercado laboral en Estados Unidos, donde se crearon 272 mil empleos en mayo, superando las expectativas y reflejando un crecimiento económico consistente. Este fortalecimiento del dólar, en combinación con la incertidumbre política en México, ha acentuado la depreciación del peso.
Sin embargo, Gil Corona también enfatizó que la fortaleza del peso depende de múltiples factores estructurales que, a largo plazo, son más estables. Entre estos factores se encuentran el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, las finanzas públicas ordenadas, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), y el ingreso constante de divisas a través de exportaciones, remesas, inversión extranjera directa y turismo.
Finalmente, Gil Corona concluyó que, aunque la paridad cambiaria ha experimentado fluctuaciones recientes debido a factores coyunturales, los fundamentos económicos de México siguen siendo sólidos. Estos fundamentos sugieren que, una vez que se asimile la transición política y se estabilicen las variables clave, el tipo de cambio podría volver a un comportamiento más estable, fortaleciendo nuevamente al peso mexicano.