“No temo a ser juzgada, temo a no ser comprendida. No temo a quedarme sola, temo a preferir compañía por razones equivocadas. No temo a vivir, temo a conformarme con lo insípido, con lo mediocre. No le temo al dolor, temo más al sufrimiento a cuentagotas”

– Mónica Olalde Ramírez, “Monstruas, brujas y feministas”

Yazmín Espinoza

Fui tan feliz cuando tuve el ejemplar de Monstruas, brujas y feministas entre mis manos. El sentimiento fue aún más especial al ver en sus páginas los nombres de varias amigas queridas como autoras de las historias. Este libro, que reúne 66 voces, ruge en colectivo exigiendo libertad. Es un acto de resistencia y también de ternura.

Seguí el nacimiento de esta antología desde su origen: una rueda de prensa en Traspatio Librería donde se lanzó la convocatoria al mundo. Desde ese momento, las mentes y corazones detrás del proyecto, liderado por Contenedor de Arte como parte del 8º Festival Arte para Todxs / Disidencias y Derechos Humanos, comenzaron un proceso de formación, acompañamiento y selección literaria que hoy florece en este libro. A esta iniciativa se sumaron también Traspatio Librería, Consultoría Huella Digital y Sonámbula.

De forma personal, este proyecto también me atraviesa por la historia que comparto con quienes lo hacen posible. A Verónica Loaiza, directora de Contenedor de Arte, la conozco desde nuestras épocas de estudiantes. Tuve el honor de liberar mi servicio social colaborando en sus proyectos. Me encanta cómo ha crecido profesionalmente, pero no me sorprende: desde entonces, y seguro desde antes, ya era una fuerza imparable, trabajando para que el arte llegara a todos los rincones y la ciudadanía se apropiara de los espacios culturales que le pertenecen.

A Mara Rahab Bautista, al frente de Traspatio Librería, la conocí primero desde el periodismo, entrevistándola como parte de mi labor como reportera. Luego, los gustos compartidos y mi admiración por su trabajo hicieron que ese vínculo se transformara en una amistad que atesoro. Gracias a su librería, uno de mis espacios favoritos en Morelia, he conocido a autoras que me han conmovido profundamente, participado en talleres, conversatorios y otras actividades que celebran la lectura.

Sandra Aguilera, de Consultoría Huella Digital, llegó a mi vida gracias al periodismo cultural. Se convirtió en una mentora generosa, una guía incansable que me ha abierto caminos y puertas para dialogar con artistas y pensadoras que transforman el mundo con sus ideas.

A Yuri Bautista, de Sonámbula, la conocí finalmente en el taller literario que dio origen a esta antología. Ya seguía su trabajo en círculos de lectura con mujeres escritoras desde antes. Su presencia fue clave como guía sorora para quienes usamos la escritura como una herramienta de desahogo, reflexión y propuesta.

La presentación de Monstruas, brujas y feministas en el marco de la más reciente Feria Internacional del Libro y la Lectura de Morelia fue un momento canónico en la vida literaria de la ciudad y del estado. Como dijo Verónica Loaiza: “Esta antología es un grito en colectiva, una hoguera encendida con palabras, memoria, rabia y ternura”.

Durante la inauguración, varias autoras compartieron fragmentos de sus textos. Las estéticas góticas, siniestras, fantásticas, insólitas o de ciencia ficción se entretejieron con el realismo mágico y lo simbólico, fertilizando el ojo lector con nuevas formas de interpretar el mundo. La escritura, nos recordaron, es también un ejercicio de libertad. Desafía mandatos, resignifica lo vivido y convierte la palabra en territorio propio.

“Sus páginas contienen escrituras sobre todo aquello que se ha usado para señalarnos y contenernos; aquí ha sido reescrito, resignificado y devuelto como una forma de libertad”, afirma Verónica. “Aquí las brujas no piden perdón, las monstruas no se esconden y las feministas no se detienen”.

Yuri Bautista explicó que el eje temático de la antología responde a categorías históricamente usadas para desacreditar y silenciar. Las historias que contiene el libro reflejan una realidad situada: marginación, pobreza, maternidad, niñez, violencia sexual, explotación laboral, educación, familia, misoginia. También hay espacio para la denuncia social, la rabia y la ternura, el pensamiento mágico, la sororidad y el fuego del feminismo.

“La escritura nos da la oportunidad de convertirnos en seres que se enojan abiertamente, se vengan, se transforman, hechizan y alzan la voz… Esta antología es un conjuro para todas nosotras, un embrujo para caminar juntas, para leernos, espejearnos, reconocernos y abrazarnos”, dice Mara Rahab.

Así, Monstruas, brujas y feministas no es solo un libro: es una reunión de brujas, un acto de rebeldía donde la palabra prende fuego al miedo.

Al terminar la presentación, busqué a mis amigas autoras para felicitarlas y pedirles que me firmaran mi ejemplar. Mónica, Vero, Xóchitl, Carito… y todas las voces reunidas en este precioso libro: me siento orgullosa. Sus historias las llevo en el alma.

Gracias por escribirlas, por compartirlas y por iluminarnos con su luz.

Yazmin Espinoza, es Comunicóloga enamorada del mundo del marketing y la publicidad. Apasionada de la literatura y el cine, escritora aficionada y periodista de corazón. Mamá primeriza. Lectora en búsqueda de grandes historias.

Instagram: @historiasparamama