El Ciclo Escolar 2024-2025 ha tenido un comienzo atípico en varias regiones del país debido a una combinación de violencia y paros laborales. En Guerrero y Chiapas, la violencia ha impedido el inicio normal de las clases, mientras que en Michoacán, un paro de labores convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) también ha afectado el inicio del ciclo escolar.
En Guerrero, el regreso a clases se ha realizado de manera virtual en las comunidades de Coyuca de Benítez, Petatlán y Leonardo Bravo.
En Coyuca de Benítez, la situación es crítica después de que los profesores de tres planteles en Las Lomitas fueran víctimas de robo en abril, lo que ha llevado a su ausencia continua.
En Leonardo Bravo, los constantes enfrentamientos entre organizaciones criminales obligaron a que el ciclo escolar anterior concluyera de manera virtual, y la situación ha resultado en el cierre de comercios y la suspensión del transporte público. En Petatlán, los recientes ataques armados perpetrados por La Familia Michoacana, incluidos incidentes con drones, han exacerbado la crisis.
En Acapulco, algunas escuelas siguen sin abrir debido a los daños severos causados por el huracán Otis, que aún no han sido reparados adecuadamente.
La situación en Chiapas también es preocupante. En la Sierra Madre, los enfrentamientos entre grupos criminales han afectado seriamente la educación, particularmente en Motozintla, Frontera Comalapa y Chicomuselo.
Por otro lado, en Michoacán, un paro de labores de la CNTE ha causado que aproximadamente 2,500 planteles escolares no hayan iniciado clases. La Sección 18 de la CNTE ha declarado una huelga para presionar por el cumplimiento de un pliego petitorio que incluye una docena de demandas.
Estas dificultades subrayan la complejidad y los desafíos que enfrentan muchas comunidades para asegurar el acceso a la educación en medio de crisis de seguridad y conflictos laborales.
Fuente: López-Dóriga