El Gobierno de Michoacán hará una investigación sobre el destino de los recursos y la situación de las víctimas del albergue de Mamá Rosa
Morelia, Michoacán.- El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla aseguró que se investigará la situación del seguimiento de las víctimas del albergue “La Gran Familia”, propiedad de Rosa Verduzco, conocida como Mamá Rosa, asegurado tras un operativo efectuado en el 2014.
En rueda de prensa, Alfredo Ramírez Bedolla aseguró que se revisarán las acciones y los recursos destinados al albergue instalado en Tarímbaro, al cual se direccionó a la mayoría de menores que moraban en “La Gran Familia”.
Recordó que políticos, empresarios y hasta expresidentes como Vicente Fox y Felipe Calderón destinaron recursos al albergue dirigido por Mamá Rosa, en el que los menores internos sufrían de abusos sexuales, agresiones físicas y verbales, e incluso de acceso a tabaco, alcohol y drogas inhalantes, conforme lo declaró a medios de comunicación Eduardo Verduzco Verduzco, hijo adoptivo de la dueña de “La Gran Familia”.
“Hay que decirlo, este centro recibió recursos económicos durante muchos años de los gobiernos en turno, del propio Vicente Fox y de empresarios, y nunca hubo el cuidado de la supervisión de este lugar, y vamos a dar toda la información”, declaró el gobernador de Michoacán.
El pasado viernes, Eduardo Verduzco reveló que, de las 530 víctimas de Mamá Rosa, solo 10 obtuvieron apoyos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, y ello, por el activismo emprendido por éste y otros internos del albergue.
En dicha rueda de prensa de la víctima de Mamá Rosa, denunció que expresidentes de México como Vicente Fox Quesada o Felipe Calderón Hinojosa, además de políticos como Luisa María Calderón Hinojosa y Josefina Vázquez Mota, llegaron a enterarse de los abusos que se cometían al interior del albergue, “y se hacían pendejos”.
Eduardo Verduzco narró que “mi primera comida fue una papa rellena de gusanos blancos, la mitad de un aguacate verde, dos tortillas enlamadas”, y agregó: “el baño no tenía papel, la cama donde dormíamos era de esponja y de ahí teníamos que arrancar pedazos para limpiarnos; vivíamos en la calabaza. Nos metían a bañar con agua fría y nos hacían secarnos con los mismos uniformes que nos daban. Los uniformes, en los sobacos y en el área de las partes íntimas estaban llenos de piojos y liendres, inclusive a algunas víctimas nos llegó a salir sarna, como a los perros.”
Y continuó: “abusaron sexualmente de mí. Me golpearon constantemente. Seis años comiendo comida echada a perder. Varias veces intenté escapar del albergue, no lo logré. Fui castigado brutalmente. Seis años donde muchísimas veces intenté quitarme la vida para salir vivo o muerto.”