La detección temprana del cáncer de próstata es clave para un tratamiento exitoso.
La autoexploración y pruebas de antígeno prostático son fundamentales para la detección temprana del cáncer de próstata, una enfermedad que puede surgir a partir de los 45 años y cuyo riesgo se incrementa con la edad.
Desde Ciudad de México, el 21 de junio de 2024, se destaca la importancia de que los hombres mayores de 45 años se sometan a pruebas de APE y realicen autoexploraciones para detectar posibles irregularidades. Según el jefe del Departamento de Urología Oncológica del INCan, el diagnóstico precoz puede elevar la supervivencia por encima del 90%.
El cáncer de próstata, el más común entre hombres, inicia en la próstata y puede extenderse a otros órganos si no se trata a tiempo. Anualmente, se registran 26 mil 500 nuevos casos y 7 mil 500 muertes. Estilos de vida poco saludables y ciertos factores genéticos pueden aumentar el riesgo de desarrollar este tumor.
Con el crecimiento de la próstata a partir de los 30 años, las revisiones se vuelven cruciales, especialmente después de los 45 años. Si la prueba APE resulta anormal, se procede a una biopsia con ultrasonido para confirmar el diagnóstico.
Los tratamientos varían desde la prostatectomía radical, que tiene una alta tasa de éxito en la sobrevida y recuperación de la continencia urinaria y función sexual, hasta la radioterapia y hormonoterapia, que pueden tener efectos secundarios como incontinencia urinaria y disfunción eréctil.
“Si alguien en algún momento adjudica el tacto rectal a un cambio de preferencia sexual, es falso”, aclara el especialista, desmintiendo así los mitos sobre la exploración física. Los síntomas en etapas avanzadas incluyen problemas urinarios y sangre en la orina.
El programa OPUS del INCan, activo desde 2019, ha diagnosticado ya a 300 pacientes, resaltando la efectividad de las campañas de detección temprana.
Con información de la Secretaria de Salud