Morelia, Michoacán, 25 de febrero de 2025.- En Morena, que actualmente constituye la primera fuerza política de México, la verdadera prueba de fuego será la disputa interna por la candidatura a la gubernatura. Es, queda claro, un desafío cuesta arriba que debe operarse al más alto nivel, especialmente ratificando la voluntad del pueblo de México a través de la encuesta que, sabemos, es el mecanismo para tomar decisiones. De hecho, un instrumento como ese, en los últimos años, ha ido acotando las pugnas internas y, de paso, ha generado la unidad. Ese, indudablemente, será el común denominador principal al mostrarse conscientes de lo que puede llegar a pasar una vez que fluyan los resultados del CEN nacional. En una clara intención de qué las cosas caminen de la mejor forma posible, recordemos, vivimos un ejercicio de afiliación que, como tal, significa refrendar el compromiso con la causa colectiva del proceso de transformación.
Llegado el momento interno de las definiciones, desde luego, habrá una lucha sin cuarteles que, tras bambalinas, protagonizarán las estructuras de cada liderazgo. Solo por mencionar algunos ejemplos, la sucesión presidencial, que arrancó con mucho tiempo de antelación, propició momentos de tensión y crispación; sin embargo, el punto crucial, con esa visión estratega que tiene Andrés Manuel López Obrador, supo manejar el tema y, de paso, garantizar un espacio de participación que, al final de cuentas, sucede muy a menudo en los consensos y negociaciones. Eso, en principio, será una tarea determinante de los órganos internos del partido guinda, avalados por la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum, que naturalmente puede influir su punto de vista.
Algo que ha quedado muy claro, evidentemente, es la nula injerencia de los comités estatales, especialmente en la designación de puestos de elección popular para las gubernaturas. Es verdad, podrán proponer sin promover a una lista de perfiles que considere están en el ánimo de la población. Así sucedió en el pasado ejercicio democrático de 2024. Eso, al final de cuentas, permitió que no hubiese limitantes, pues la encuesta que aplicó en CEN, a su vez, dio entrada a muchos liderazgos que, por razones políticas, ideológicas y sociales, tenían el derecho legítimo de participar. Para tal efecto, eso no dejará ningún margen de duda ni mucho menos pondrá en tela de juicio a los aspirantes que se medirán, pues el resolutivo final, sabemos, recaerá única y exclusivamente a nivel nacional.
Aunque, más allá de eso, la prioridad de la presidenta de México, lo mismo que Luisa María Alcalde, dirigente del CEN en Morena, es dar equilibrio en las decisiones; es decir, tomar determinaciones con ecuanimidad, eso sí, considerando el potencial de hombres y mujeres. En Michoacán, desde esa perspectiva, lo más justo y democrático, para dar reconocimiento a la simetría de paridad de género, sería inclinar la balanza por una mujer. Suponemos que así será, si nos guiamos por esa lógica que apunta en esa dirección. Siendo así, y con todo el mérito de ser partícipe desde la construcción hasta la consolidación de un proyecto de nación, Fabiola Alanís Sámano, coordinadora de la fracción parlamentaria del Congreso Local, tendría una oportunidad inmejorable para convertirse en la futura abanderada de la coalición Seguimos Haciendo Historia.
De entrada hay que decir que es precursora del movimiento. Fue, a principios de este proyecto, un motor de impulso para nutrir el trabajo de base a favor de Andrés Manuel López Obrador en Michoacán. Ella, como tal, asumió una tarea crucial en esa correlación de fuerzas que, en el terreno electoral, rompió con la hegemonía del conservadurismo en aquel histórico 2018. Así que, con todo el derecho legítimo de participar, Fabiola Alanís, en aras de dar continuidad al proyecto de transformación, tendrá muchas chances de convertirse en la protagonista principal. Y así, luego de su anuncio ante la opinión pública, la presidenta de la Junta de Coordinación Política, para ser más precisos, se mete de lleno en la disputa interna por la gubernatura.
Entonces, el punto crucial que puede favorecer, por ser la mujer con mayor posicionamiento en la entidad, es la paridad de género o, mejor dicho, la determinación de Claudia Sheinbaum para equilibrar la representación de hombres y mujeres. Siendo así, Fabiola Alanís, por muchos aspectos que la ligan a la construcción de este proyecto de nación, tiene la enorme ventaja de ser, sin duda, una de las grandes avanzadas de Sheinbaum en el proceso interno de la presidencia en Michoacán. La prueba más contundente de esa reciprocidad, además de la experiencia y madurez en temas legislativos, fue la designación como líder de la fracción parlamentaria. Las razones son simples: amor con amor se paga. De hecho, eso la proyectó, a la par de los méritos y atributos, para ser partícipe en Morena para la transición del ejecutivo estatal. Eso, con mucho más razón, la hace merecedora de competir por un derecho legítimo que, sabemos, tiene desde hace décadas.