Washington, EU

Organizaciones civiles y congresistas demócratas denunciaron que en el estado de Georgia, al sur de Estados Unidos, las leyes antiaborto obligan a mantener viva de forma artificial a Adriana Smith, una mujer embarazada de 30 años con muerte cerebral.

Georgia tiene una llamada “Ley del latido del corazón” que prohíbe interrumpir el embarazo desde el momento en que el embrión muestra actividad cardíaca, alrededor de las seis semanas.

Los médicos del Hospital de la Universidad de Emory confirmaron hace más de 90 días el deceso cerebral de Smith, una enfermera en Atlanta, pero su familia debe mantenerla viva con aparatos, advirtió la agrupación Reproductive Freedom For All (Libertard reproductiva para todos).

“Por la cruel prohibición del aborto en Georgia, la familia de Adriana Smith está viviendo una pesadilla. Las familias merecen la libertad de hacer sus propias decisiones sobre sus seres queridos”, declaró la presidenta de la asociación, Mini Timmaraju, en un pronunciamiento.

La polémica arreció esta semana a nivel nacional después de que la madre de la joven, April Newkirk, describió a la televisión local WXIA-TV, afiliada de NBC, que padece una “tortura,” porque los médicos demandan que su hija siga respirando con ventiladores hasta cumplirse 32 semanas de gestación.

Al embarazo de la mujer aún le quedan 11 semanas para alcanzar “el punto de viabilidad”, por lo que hasta entonces seguirá en este estado, advirtió el Caucus por la Libertad Reproductiva del Congreso estadounidense.

“Esta es la crueldad de las prohibiciones al aborto en su máxima expresión. Esto no es ‘promujer’, ‘provida’ o ‘profamilia’, esto es inhumanidad”, manifestaron los legisladores las demócratas Diana Degette y Ayanna Pressley.

Con información de EFE