Morelia, Michoacán, 11 de marzo de 2025.- La violencia ha vuelto a Siria, y como ha ocurrido en el pasado, esta se ceba con los grupos religiosos minoritarios. Según los datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, la campaña de las fuerzas de seguridad de las autoridades sirias contra grupos armados partidarios del régimen caído de Bashar al Assad ha dejado más de mil muertos, entre los que se encuentran cristianos, drusos y alauitas, que habitan en la región costera al norte del país.
Los ataques se han centrado en la ciudad de Latakia, bastión histórico de la comunidad alauita, a la que pertenecía el ex presidente al Assad. Allí, los seguidores del dictador se levantaron contra las fuerzas del nuevo Gobierno establecido en diciembre de 2024 e integradas en su mayoría por radicales de la organización islámica Hayat Tahrir al-Sham.
Cuando los rebeldes llegaron a Alepo y derrocaron el régimen de al-Assad, se comprometieron a respetar a los cristianos. Así lo contó el nuncio apostólico en Siria, Mario Zenari, en una entrevista con los medios vaticanos. Aun así, los ataques indiscriminados contra la población civil han dejado víctimas de los diferentes credos presentes en la región.
Así las cosas, los patriarcas cristianos de Siria han firmado una declaración conjunta apelando al fin de la violencia. En su comunicado, los líderes religiosos han reclamado la puesta en marcha de un proceso de reconciliación nacional que garantice la paz y el respeto a todos los ciudadanos, independientemente de su origen religioso o étnico.
«Las Iglesias exhortan a todas las partes involucradas en Siria a asumir la responsabilidad de poner fin al ciclo de violencia y a buscar soluciones pacíficas que preserven la dignidad humana y protejan la unidad del país», piden en su mensaje.
En 2011, había en Siria más de dos millones de cristianos. Trece años y casi nueve meses de guerra después, tan solo quedaban unos 250.000. Según los datos del Informe de Libertad Religiosa 2024 de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, han pasado de representar un 10 % de la población a tan solo un 3 %. Se estima también que el 70 % de los creyentes han abandonado el país desde que comenzó la guerra civil. (CON INFORMACIÓN DE: EL DEBATE)