Morelia, Michoacán, 04 de junio de 2024.- En primer lugar hay que analizar qué es lo que entendemos por cada una de estas etiquetas. Primero, el concepto “Estado fallido” contempla la existencia de situaciones graves y comprometedoras como lo son la inoperancia absoluta del gobierno, existencia de guerrillas que disputan el control territorial y la ausencia absoluta del Estado de Derecho.
Un apretado resumen de las características de un Estado fallido serían: Un Estado que ha perdido el control efectivo sobre su territorio y no puede proporcionar servicios básicos a su población. Las instituciones gubernamentales son disfuncionales o inexistentes, y la violencia, el crimen y la corrupción son el pan de cada día.
Estas características crean un entorno en el que la seguridad personal y económica es prácticamente inexistente. Hay un nivel extremo de inseguridad y violencia; alta presencia de conflictos armados internos, crimen organizado y violencia generalizada. Pérdida del monopolio sobre el uso legítimo de la fuerza. Colapso de servicios públicos. Incapacidad para proveer educación, salud, y otros servicios esenciales. La economía está colapsada, hay desempleo masivo y pobreza extrema. Puede haber desplazamiento de poblaciones y migraciones forzadas, las gentes abandonan sus poblaciones al considerarlas inseguras y carentes de los servicios más básicos.
En el caso de un “Estado débil” vemos que este posee un gobierno que, aunque funcional, es incapaz de cumplir con todas sus obligaciones de manera efectiva. A diferencia de un Estado fallido, todavía mantiene cierto grado de control sobre su territorio y puede ofrecer algunos servicios básicos, pero enfrenta serios desafíos en varias áreas.
Sus instituciones son frágiles: Sistemas judiciales, policiales y administrativos poco efectivos. Existe una alta incidencia de prácticas corruptas, aunque no tan omnipresentes como en un Estado fallido. Hay amplias brechas económicas y sociales. Inestabilidad política, presencia de actores no estatales y una influencia significativa de milicias o crimen organizado. Ejemplos recientes: Haití y Nigeria.
Un “Narco Estado” es aquel en el cual el tráfico de drogas y las organizaciones criminales asociadas tienen una influencia considerable sobre la política, economía y sociedad. Este término se utiliza para describir a países donde el narcotráfico no solo está presente, sino que penetra profundamente en las estructuras de poder.
Sus características más representativas son: Una gran influencia del narcotráfico, existe ya un control importante, en ocasiones absoluto, sobre territorios y economías por parte de los cárteles de drogas. Los altos niveles de corrupción afectan a todos los niveles del gobierno y las fuerzas de seguridad. Los cárteles influyen decisivamente en el resultado de las elecciones y nombran a los encargados de la policía. Es imparable la violencia y el crimen organizado; existe una alta tasa de homicidios, cobros de piso y otros delitos graves. Como inevitable efecto secundario de lo anterior aparece una debilitamiento institucional; cooptación de instituciones estatales por parte de actores criminales.
Resumiendo: Hay una pérdida de legitimidad del gobierno, incremento de la violencia y la inseguridad. deterioro de la economía formal, en casos extremos habrá cierto aislamiento internacional y pueden existir sanciones de estructuras internacionales.
Ejemplos recientes: Con sus matices pero se pueden tomar como ejemplos los casos de México y Colombia, países que han enfrentado problemas significativos relacionados con el narcotráfico en grandes áreas geográficas, aunque con distintos niveles de penetración en las estructuras del Estado.
El riesgo de la caída de la democracia en países débiles o amenazados con el crimen organizado es alto, y es extremadamente irresponsable negarlo.
Lo más sensato es prevenir todo deterioro de la democracia para lo cual es crucial implementar una serie de estrategias:
Reforma institucional: Fortalecer las instituciones gubernamentales para mejorar su capacidad de gobernar y administrar justicia.
Combate a la corrupción: Implementar políticas efectivas y transparentes contra la corrupción.
Desarrollo económico: Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible para reducir la pobreza y la desigualdad.
Seguridad: Mejorar las fuerzas de seguridad y la cooperación internacional para combatir el crimen organizado y el narcotráfico.
Participación ciudadana: Fomentar la participación de la sociedad civil en el proceso político para aumentar la rendición de cuentas y la transparencia.
Para que suceda lo anterior es necesario un Ejecutivo inteligente, preparado, competente, que escuche a los diferentes actores políticos y económicos en el país y un Legislativo integrado por los más capaces y competentes de los ciudadanos. No es la situación actual en México. Mal asunto. Muy malo.
Piensen y actúen.