Redacción/ACG
En México, hablar del 2 de octubre remite inmediatamente al año de 1968 y a la matanza de estudiantes en Tlatelolco. Sin embargo, dos años antes, el 2 de octubre de 1966, la ciudad de Morelia fue escenario de un episodio que sería precursor del movimiento estudiantil nacional.
Corría la tarde cuando un grupo de estudiantes se reunió en el portal Matamoros para protestar contra el aumento del transporte público y exigir la municipalización del servicio. La concentración estaba llena de alumnos y ciudadanos que demandaban cambios concretos. Sin embargo, la protesta fue violentamente reprimida por un grupo de “porros” del PRI, enviados por Héctor Ruiz Aburto, jefe de la Policía Judicial del estado, quienes confiscaron el equipo de sonido y lo llevaron al edificio policial del centro de la ciudad.
Los manifestantes intentaron recuperarlo y fueron recibidos a golpes, cadenas e incluso disparos. Entre las víctimas, Everardo Rodríguez Orbe, estudiante de la Universidad Michoacana, perdió la vida. Su cuerpo fue llevado por Efrén Capiz, orador del mitin, al Colegio de San Nicolás, donde se realizó un velatorio masivo y luego un nuevo mitin en la Plaza de Armas.
La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo reaccionó al día siguiente, convocando a sesión de Consejo Universitario, donde se decidió iniciar una huelga hasta que cesara el gobernador Agustín Arriaga Rivera. Durante el traslado de Everardo al Panteón Municipal, miles de estudiantes, profesores y ciudadanos acompañaron la marcha, que estuvo custodiada por aviones del Ejército. Paralelamente, los estudiantes tomaron unidades de transporte público para ofrecer servicio gratuito a la ciudadanía.
El papel del gobierno
Arriaga Rivera, en su autobiografía, relata que alertó al gobierno federal encabezado por Gustavo Díaz Ordaz, pero sus primeras llamadas fueron ignoradas. Días después, el Ejército envió paracaidistas y tomó el control de la ciudad y la universidad. Para el 8 de octubre, el Colegio de San Nicolás fue convertido en cuartel militar y se impuso una nueva Ley Orgánica, que otorgaba la máxima autoridad universitaria a una Junta de Gobierno designada por el Estado. Casas de estudiantes, profesores y ciudadanos fueron allanadas, y varios líderes estudiantiles fueron detenidos. Entre ellos estaban Efrén Capiz, Rafael Talamantes, Sebastián Dimas y Joel Caro.
Este episodio de 1966 tuvo profundas raíces en la política universitaria: tres años antes, la designación del rector de la Universidad Michoacana ya había generado disputas entre la Junta de Gobierno y el gobernador Arriaga Rivera, quien intentaba imponer a Jesús Arreola Belman. La intervención del gobierno estatal respondía a órdenes del presidente Díaz Ordaz para frenar el cardenismo y las manifestaciones estudiantiles, anticipando la confrontación nacional de 1968.
Estudiantes organizados y conciencia social
Durante la ocupación militar, la población moreliana se solidarizó con los estudiantes. La represión y el control del gobierno expusieron la tensión entre poder político y autonomía universitaria. Historiadores consideran que los eventos de 1966 en Morelia fueron el preámbulo del movimiento estudiantil de 1968 en la Ciudad de México, incluyendo la marcha por la libertad en mayo de ese año, que buscaba la liberación de los presos políticos de 1966.
Así, aquel 2 de octubre se convirtió en un símbolo de resistencia estudiantil en Michoacán, un recordatorio de que la lucha por la democracia universitaria en México comenzó mucho antes de Tlatelolco y que la semilla de los movimientos sociales tuvo en Morelia uno de sus primeros brotes significativos.