En un alarmante aumento de la violencia y los homicidios, las lideresas indígenas pidieron a la ONU el fin de la impunidad y medidas urgentes para proteger a sus comunidades
Nueva York. Mujeres indígenas de distintas partes del mundo reclamaron a la comunidad internacional una mayor visibilidad y más fondos para combatir los diferentes tipos de violencia, desigualdad y discriminación que sufren, conmemorando los 25 años del Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI).
En un alarmante aumento de la violencia y los homicidios, las lideresas indígenas pidieron a la ONU el fin de la impunidad y medidas urgentes para proteger a sus comunidades, en el marco de la sesión 69 de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer (CSW69), que se cumple en la sede de la ONU en Nueva York y se llevará a cabo hasta el 21 de marzo.
También se cumplen 30 años de la Declaración de Pekín (1995), que estableció los objetivos y medidas para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, y que reconocía que las mujeres indígenas han estado «a la vanguardia» en la defensa de sus derechos y la protección del planeta.
A través del fondo ‘Ayni’, el FIMI financió más de 610 proyectos a través de 420 organizaciones, de los que se pudieron beneficiar a casi tres millones de personas, según la organización.
En 2024, al menos 196 defensores de la naturaleza perdieron la vida. Los ataques fueron «desproporcionadamente elevados» contra la comunidad indígena (85) y afrodescendiente (12), especialmente contra quienes protegen sus territorios de la invasión y la explotación, según lo indica un informe de Global Witness.
Un tercio de las víctimas mortales eran mujeres familiares de activistas, lo que pone de relieve la violencia de género y la necesidad de una justicia que aborde las «opresiones interrelacionadas».
Solicitan ser parte de los debates de alto nivel
Las mujeres indígenas solicitan así a los Estados que se apliquen leyes y políticas con presupuestos adecuados, además de que las organizaciones internacionales y las propias mujeres indígenas lideren estos procesos para luchar contra la discriminación, garantizar su derecho a la tierra, la autodeterminación y la plena participación en las decisiones.
«Para que se escuche a las mujeres indígenas, también queremos estar presentes en los debates de alto nivel, en las discusiones ministeriales para exponer nuestras ideas en la mesa y nuestras recomendaciones», aseguró la coordinadora de participación y política de FIMI, Rabiatou Ahmado -de la comunidad Mbororo de Camerún-, que subrayaba la necesidad de la participación de las mujeres indígenas para desarrollar políticas globales.
Ahmado insistió que deben ser consultadas con mayor frecuencia a la hora de tomar decisiones a nivel local, regional y nacional, especialmente en temas educativos y gubernamentales.
«Nuestras cuestiones deben reflejarse claramente, no solo en un párrafo de las observaciones finales», concluyó.
La presidenta ejecutiva de FIMI, Tarcila Rivera -procedente del pueblo quechua (Perú)- aseguró que lo que quieren es que se vea a las mujeres indígenas como «parte de la solución y no solo como un problema, y menos como programa de asistencia».
Aunque reconocen que van por buen camino con la participación de estas comunidades en el próximo Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas (UNPFII) y en la COP30, Rivera señaló que su «lucha no puede seguir siendo ignorada».