El exmilitar de fuerzas especiales y veterano de la CIA Ronald Johnson que fue nombrado como próximo embajador estadounidense en México, afirmó frente al comité de relaciones exteriores del senado en su proceso de ratificación para su acenso como embajador, que se trabajará de manera cooperativa con el gobierno en todos los aspectos que le competen, uno de ellos el tema de seguridad, sin embargo, explicó que el presidente Donald Trump toma muy en serio la responsabilidad de seguridad de su país, complementando que si se llegara a necesitar la acción militar para mantener a salvo las vidas de sus ciudadanos, no descartarían esa idea.

En la audiencia también se habló de la carrera de Johnson, el cómo fue su trabajo como embajador en el salvador en el pasado mandato de Trump que, por dicho cargo, se generó una preocupación en el país ya que el fungió como asesor militar en la guerra civil del Salvador, sin embargo, de acuerdo a Craig Deare, un profesor de la Universidad Nacional de Defensa en Washington, comenta que el nombramiento como embajador de Ronald puede ser algo positivo para las relaciones entre ambos países

“Si alguien del lado estadunidense empieza a hablar sobre tomar acción militar en México, él podría ser entre los primeros en decir, ‘no, no hagan eso, mi agregado militar está trabajando en eso, yo como embajador estoy trabajando eso” explicó el profesor dejando en claro que una “invasión” militar estaría lejos de suceder.

Ronald Johnson dio su opinión acerca de los avances de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ante los planes contra el narcotráfico, confesando que, aunque Sheinbaum solo lleva pocos meses en la presidencia se ha observado el reforzamiento de la seguridad contra los cárteles, agregó la resiente expulsión de 29 narcotraficantes a EUA y declaró que se realizaron otros arrestos adicionales en el país hermano, con rumores de que algunos integrantes de los cárteles consideran abandonar sus respectivas guaridas.

Respondió algunas preguntas relacionadas a otros temas, como la “pelea” de México con la empresa Vulcan, aclarando que la confiscación de la propiedad de inversión extranjera asustará a otros inversionistas, pero no entró en más detalles, continuó con la disputa del agua de los ríos de colorado, Tijuana y Bravo, dijo que el problema estará aún en seguimiento pero aclaro que este problema había sido heredado a la presidenta por lo tanto no cree que México pueda cumplir con sus obligaciones en los últimos meses del acuerdo, pero se piensa que si el agua es entregada a tiempo y cumpliendo el acuerdo ya hecho, se podría ver un mejoramiento.

El próximo embajador habló de igual manera sobre las negociaciones de el T-MEC y se comprometió a asegurar un trato justo para los trabajadores y empresas estadounidenses ante dichas negociaciones, además, resaltó que se encuentra alentado por la relación de Estados Unidos con México ya que la presidenta Claudia comentó que EUA es de más alta prioridad que con la relación que tienen con China, también se refirió a la posibilidad de que México atraiga nuevas inversiones con empresas que diseñan, ensamblan y que prueban microprocesadores, explicando que existe una oportunidad para ver si se trasladan los microprocesadores a algunos lugares de México

Fuente: La jornada