Morelia, Michoacán, 23 de julio de 2024.- La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha presentado su renuncia después de que legisladores exigieran su dimisión tras el intento de asesinato del expresidente Donald Trump el pasado 13 de julio.
Cheatle enfrentó intensas críticas tanto de republicanos como de demócratas durante su primer testimonio sobre el incidente.
Con legisladores furiosos por su falta de respuestas sobre las fallas de seguridad en el mitin del expresidente Trump, en Butler, Pensilvania.
Durante la audiencia ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Cheatle calificó el ataque como el “fallo operativo más significativo” del Servicio Secreto en décadas.
Asimismo y asumió toda la responsabilidad por las deficiencias en la seguridad.
Sin embargo, su promesa de rendición de cuentas no logró calmar los llamados a su renuncia.
Varios demócratas del comité, incluido el destacado miembro Jamie Raskin de Maryland, se unieron a los republicanos para pedir su dimisión.
“Esta relación es irrecuperable en este momento y creo que la directora ha perdido la confianza del Congreso en un momento muy urgente y tierno en la historia del país, y necesitamos ir más allá de esto”, declaró Raskin.
En el transcurso de la audiencia de cuatro horas, Cheatle respondió preguntas sobre por qué a Trump se le permitió subir al escenario en el mitin cuando el tirador, identificado por el FBI como Thomas Mateo Crooks.
Mismo que ya había sido considerado sospechoso por las fuerzas del orden.
También defendió la cantidad de agentes asignados para proteger al expresidente en el evento de campaña.
Cheatle citó repetidamente la investigación criminal en curso del FBI sobre el intento de asesinato cuando se negó a discutir los detalles de las acciones del tirador que condujeron al ataque.
Además, afirmó ser la “mejor persona para liderar el Servicio Secreto en este momento”, pero reconoció que la agencia fracasó en su misión de proteger a los líderes de la nación.
“Debemos saber qué pasó y moveré cielo y tierra para asegurar que un incidente como el del 13 de julio no vuelva a suceder”, aseguró Cheatle.
Gran parte de las críticas se centraron en la falta de aseguramiento del techo de un edificio industrial desde donde el pistolero estaba ubicado.
A una distancia según los a unos 140 metros (150 yardas) del escenario donde hablaba Trump.
Cabe mencionar que la azotea fue declarada fuera del perímetro de seguridad del Servicio Secreto para el evento, decisión que fue duramente criticada por ex agentes y legisladores.
Kimberly Cheatle había asumido el cargo en 2022, nombrada por el presidente Biden, después de ocupar un puesto de seguridad superior en PepsiCo. Previamente, había trabajado durante 27 años en la agencia.
Su nombramiento se produjo tras una serie de escándalos que afectaron la reputación del Servicio Secreto, incluyendo un incidente en 2012 donde diez agentes fueron despedidos por llevar mujeres.
Hecho ocurrido en sus habitaciones de hotel antes de un viaje a Colombia del entonces presidente Barack Obama.
La renuncia de Cheatle marca un momento de profunda crisis para el Servicio Secreto, una agencia tradicionalmente considerada de élite.
Ahora el Servicio Secreto enfrenta un escrutinio renovado sobre su capacidad para proteger a los líderes de la nación. (CON INFORMACIÓN DE: SIETE 24)