COLUMNA / Tait, escribiendo la palabra de mujeres, en Michoacán

Nektli Rojas, colaborador de La Voz de Michoacán

Una de las tendencias que han ocurrido en fechas recientes es el replanteamiento de los autores que se convirtieron en mitos, en guías de varias generaciones, en canon macho. Es el caso de Neruda, ganador del Nobel, innovador, pensador de izquierdas comprometido con su tiempo, con la gente, con el socialismo. También el que nos dio los versos: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente […] y estás como distante […] como ausente […] como si hubieras muerto”. O esos otros, que son terribles: “Mi cuerpo de labriego salvaje te socava…”

La poeta Hagar Peeters, desde Amsterdam, presenta en su primera novela, la fantástica historia de Malva Marina Trinidad del Carmen Reyes, la hija de Neruda y Marietje Hagenaar Vogelzang, la holandesa con la que se casó. El texto comienza con unas líneas maravillosas, en verso: “Válgame Dios, ese padre mío […]” En esa frase se integran las historias de Malva y de Peeters, quien también padece de ese mal cuyo principal síntoma es un vacío interno: el padre ausente.

La ficción de Peeters es cruelmente deliciosa: Malva narra desde la muerte, transformada ya en un espíritu libre del problema físico que la lleva a la muerte en Holanda, el 2 de marzo de 1943. Malva tiene una vida en el mundo espiritual que no tuvo en la tierra, en donde conoce otros hijos abandonados por sus padres altamente literatos. Una niña eterna, cuenta lo que le ha pasado, siempre comprendiendo el porqué del abandono de Neruda.

El Gran Escritor no la menciona en su autobiografía, nunca da dinero para la manutención de Malva, no apoya a Marietje cuando le suplica ayuda para no caer presa del fascismo en una Europa hitleriana, no responde a las llamadas para ayudar en el entierro, en 1965, de la que fue su esposa.

Nos encontramos de golpe con otra cara de Neruda, develada por la dulce voz de la hija que, incluso en la muerte, lo ama, lo justifica, que a veces viaja con él en su recorrido por el mundo. Peeters toma la idea de construir este hermoso texto porque se encuentra un día frente a la tumba de Marietje y desentierra la historia de esas dos mujeres atrapadas en la sombra de Neruda. Se identifica con Malva, en tanto que las dos son hijas cuyos padres las dejaron en segundo plano por un compromiso social relativo a Chile. Desde su minuciosa investigación, su voz de poeta y su talento, Peeters construye esta novela absolutamente fascinante.

¿Por qué hija punto coma? Dice Malva: “En sus cartas, no destinadas a la publicación, se refirió a mí de esta manera: ‘Mi hija, o lo que yo denomino así, es un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos…’.” Peeters retomará el signo ortográfico como viñeta para separar partes de su novela.

Malva fue escrita en 2015. Obtuvo el premio Fintro de la Feria del Libro de Bruselas en 2016. Rey Naranjo Editores la publicó en español en 2017, con la traducción de Isabel Clara Lorda. Respira muy bien el aire de los tiempos. Proviene de la pluma de una creadora que empezó siendo poeta de rap, desmitifica a los héroes inquebrantables, visibiliza el abandono de dos hijas, da voz a quien nunca la tuvo, revisa la herida que la falta de un padre deja en la vida de las hijas abandonadas, ignoradas total o parcialmente. Está escrita con pasión, con entrañable cuidado puesto en cada una de las partes que la constituyen, con estilo definido, con fuerza. Llega a donde tiene que llegar (nuestros ojos, nuestros corazones) a hacer lo que se le encargó como cometido: hacer justicia.