Su paso por Michoacán fue lleno de lujos y soberbia.
Morelia, Mich.- El nombre más viral al menos en Michoacán es el de Silvano Aureoles Conejo, el ingeniero agrónomo que decidió incursionar en la política para amasar una fortuna que ya es investigada por las autoridades.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue su casa, su color, su línea a seguir, partido que lo hizo presidente municipal en Zitácuaro en 2002-2004, Diputado Federal en el periodo 2012-2015, Senador de la República 2007-2011 y Gobernador de Michoacán en el sexenio 2015-2021.
Durante su paso en el senado realizó alianzas con compañeros de partido, fue semillero de nuevos políticos durante su paso por la diputación federal, donde iniciaría la estrategia para llegar a la gubernatura de Michoacán.
Esta red de corrupción fue planeada por varios años, a su paso por sus cargos políticos reclutó a políticos como Carlos Herrera Tello, ex secretario de gobierno, a quien impulsó para que fuera su sucesor al concluir su mandato en Michoacán.
Pero al no tener la respuesta de la ciudadanía en las elecciones, acudió el 29 junio 2021 a Palacio Nacional donde entregó un documento donde aseguraba la intervención del crimen organizado en las elecciones de ese año, se sentó en un banquito de plástico por 4 horas, sin ser atendido.
A su paso por la administración estatal fue considerado un político con frivolidad, altanero, déspota y corrupto, al menos por los grupos sociales y sindicales que reclamaban su actuar.
Un ejemplo claro fue las constantes demandas públicas que realizaban sindicatos educativos, ante la carencia de pago y prestaciones, el despido injustificado de los trabajadores de la Junta de Caminos, los conflictos con el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE).
El 13 de abril del año 2021, empujó al profesor Fernando Padilla en Aguililla, mientras que el secretario de Seguridad Pública Israel Patrón, le arrancaba una cartulina que tenía escrito el reclamo de seguridad en la región.
Las recientes detenciones el pasado fin de semana obedecen a un desfalco de más de 3 mil millones de pasos en la construcción de cuarteles de la entonces policía Michoacán, por estos centros se pagaron 5 mil 186 millones de pesos en contratos simulados con sobreprecio y se desviaron recursos.
Silvano Aureoles vivía con miedo y a su vez, lleno de lujos, la entonces Casa de Gobierno fue transformada en una fortaleza, instruyó a sus subordinados para hacer un Bunker con muros y ventanas blindadas, con un pasadizo secreto, se contaba con una piscina, yacusi, sauna, canchas de futbol, tenis y básquet.
En los cuarteles de la policía, sobre todo en el de Apatzingán se realizó un espacio especial, con clima, blindaje y al pie del helipuerto, debido a que sus movimientos siempre fueron por vía aérea.
Aeronaves rentadas y que su consto era mayúsculo al real, facturado por empresas que tenían raíces en personas cercanas al mandatario.
Silvano Aureoles Conejo, tiene en su espalda una orden de aprehensión para que enfrente los delitos que se le imputan, sin embargo, hasta el momento es un prófugo más de la justicia mexicana.