Lo que parecía un viaje turístico por el sudeste asiático terminó en una serie de eventos que han desconcertado a las autoridades de tres países. Bella May Culley, una estudiante británica de 18 años, fue reportada como desaparecida en Tailandia y días después fue localizada detenida en Georgia, acusada de intentar ingresar drogas al país.
Originaria de Billingham, Inglaterra, Bella emprendió un viaje con una amiga que incluyó paradas en Filipinas y posteriormente en la ciudad costera de Pattaya, Tailandia. Según su familia, mantenía contacto constante hasta el sábado 10 de mayo, cuando dejó de comunicarse. La joven había prometido hacer una videollamada, pero su teléfono fue apagado repentinamente, lo que despertó alarma en su entorno.
Su desaparición motivó una búsqueda internacional que involucró a sus familiares, quienes se trasladaron a Bangkok para exigir respuestas; sin embargo, la sorpresa llegó el martes 13 de mayo, cuando autoridades confirmaron que Bella no se encontraba en Tailandia, sino que había sido arrestada en el aeropuerto de Tbilisi, capital de Georgia.
Según informes locales, la joven fue interceptada con más de 14 kilogramos de sustancias ilegales, entre ellas marihuana y hachís, repartidos en varios paquetes. Las autoridades georgianas la acusaron de tráfico de narcóticos en grandes cantidades, delito que conlleva penas de hasta 20 años de prisión o incluso cadena perpetua.
Durante su comparecencia ante un tribunal, Bella declaró estar embarazada, por lo que se solicitó una evaluación médica. Su defensa, encabezada por la abogada Ia Todua, sostuvo que la joven se encontraba desorientada, sin comprender del todo el proceso legal en su contra.
Existen sospechas de que Bella podría haber sido manipulada por redes criminales para actuar como “mula” de drogas, aprovechando su juventud y su aparente desconocimiento del riesgo. Las autoridades tailandesas no descartan esta hipótesis, mientras se investiga cómo logró salir del país y llegar a Georgia con la carga ilícita.
Algunos usuarios en redes sociales han recuperado publicaciones previas de la joven donde hacía bromas relacionadas con crímenes y figuras como Bonnie y Clyde, aunque su familia insiste en que esas referencias no deben tomarse como evidencia de culpabilidad.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido confirmó estar al tanto del caso y en contacto con las autoridades georgianas, aunque recordó que no puede intervenir en procesos legales en el extranjero.
El destino de Bella May Culley está ahora en manos del sistema judicial georgiano, mientras su familia lucha por respuestas y asistencia consular en medio de una situación que ha acaparado titulares internacionales.
Fuente: El Heraldo de México