Morelia, Michoacán, 24 de junio de 2024.- Juan el Bautista era primo de Jesús y es mencionado por los cuatro evangelistas, pero además es mencionado en el libro Antigüedades de los judíos, por el historiador judío Flavio Josefo, quien no era cristiano y más bien servía a los intereses del imperio romano, de modo que es indiscutible su importancia e historicidad.
El historiador Flavio Josefo escribió: “algunos judíos creyeron que el ejército de Herodes había perecido por la ira de Dios, sufriendo el castigo por haber muerto a Juan, llamado el Bautista. Herodes lo hizo matar, a pesar de ser un hombre justo que predicaba la práctica de la virtud, incitando a vivir con justicia mutua y con piedad hacia Dios, para así poder recibir el bautismo, con tal que previamente el alma hubiera sido purificada por la rectitud. Hombres de todos lados se habían reunido con él, pues se entusiasmaban al oírlo hablar.
Sin embargo, Herodes, temeroso de que su gran autoridad indujera a los súbditos a rebelarse, pues el pueblo parecía estar dispuesto a seguir sus consejos, consideró más seguro, antes de que surgiera alguna novedad, quitarlo de en medio, de lo contrario quizá tendría que arrepentirse más tarde, si se produjera alguna conjuración. Es así como por estas sospechas de Herodes fue encarcelado y enviado a la fortaleza de Maquero y allí fue muerto.”
Gracias a este escritor que vivió en tiempos de Cristo, se conocen muchos detalles que confirman lo escrito en la Biblia, como es el caso del nombre de Salomé, quien pidió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja de plata.
Sus padres fueron Zacarías e Isabel
La presencia de Juan el Bautista, cuyos padres fueron Zacarías e Isabel, fue profetizada por Isaías, Malaquías y aún desde el libro del Éxodo, y lo mencionan como un mensajero que va preparando el camino a Jesús y también como una voz que clama en el desierto.
En el Nuevo Testamento, aparece desde el embarazo de su madre Santa Isabel, aunque es destacado el pasaje cuando la Virgen María fue a visitar a su prima y, al saludarla, el Niño brinca de gozo y ella pronuncia algunas palabras que están incluidas en la oración del Magníficat.
Juan el Bautista predicaba junto al río Jordán, en el actual territorio de Jordania.
Los Evangelios narran que desde Galilea Jesús llegó al Río Jordán y le pidió a su primo Juan el Bautista que lo bautizara; después de hacerlo, el Espíritu Santo en forma de paloma se posó sobre él al tiempo que se escuchó una voz del cielo que decía: “Este es mi hijo amado, en quien me complazco”.
Los trabajos arqueológicos realizados en la zona han sacado a la luz el posible lugar donde el Espíritu Santo se reveló tras el bautismo de Jesús, pues en ese lugar se construyó una iglesia de la cual se aprecian los cimientos, y que data de los primeros años del cristianismo.
Las reliquias de san Juan Bautista
Existe la creencia de que hay varias reliquias de primer grado de San Juan Bautista; una se encuentra en Roma en la iglesia de San Silvestro in Capite; el brazo se encuentra en el Museo del Palacio de Topkapi, en Estambul, Turquía, y otra más en la mezquita de los Omeyas de la ciudad de Damasco, y una más en la Catedral de Amiens. (CON INFORMACIÓN DE: DESDE LA FE)