Ciudad de México
Las caravanas de migrantes se multiplican en la frontera sur de México con el firme propósito de llegar a Estados Unidos antes de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump.
Los migrantes están apresurando el paso por temor a las deportaciones masivas y el uso del ejército en tareas migratorias que Trump confirmó esta semana.
“Durante el periodo conformado del 24 de septiembre al 8 de noviembre, Médicos Sin Fronteras ha prestado asistencia a ocho caravanas compuestas por unas 5.000 personas, seis de ellas han ocurrido en las últimas dos semanas de este mes”, expuso Daniel Bruce, responsable de base de MSF en Tapachula, la mayor ciudad en la zona limítrofe de México con Centroamérica.
El activista urgió a las autoridades mexicanas a proporcionar rutas seguras de migración y garantizar el acceso a la salud, pues “han detectado afectaciones por enfermedades, el estrés agudo y estrés postraumático”.
Añadió que desde finales de octubre MSF ha redoblado la asistencia móvil con cientos de consultas en los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, en el sur del país, dirigidas a los migrantes que marchan en las caravanas.
Este aumento significativo de las caravanas se ha producido por la demora en los procesos legales, la dificultad de solicitar refugio en México y las complicaciones para acceder a la aplicación de CBP One para pedir una cita de asilo en Estados Unidos.
“Llevo tres meses intentando generar una cita, pero siempre dice ‘sin cita’. Aquí ya no hay trabajo, el dinero se agotó, y las condiciones en la plaza son insostenibles. Decidí avanzar en caravana, porque mi objetivo es llegar más arriba”, comentó al medio local Diario del Sur, Jorge Sánchez, migrante venezolano.
Durante su trayecto, las caravanas enfrentan amenazas de detención, extorsión y otros peligros asociados con el viaje.