- Un recorrido entre nubes, lloviznas y rituales
Tlalpujahua, Mich. | Alfredo Soria/ACG.- Una lluvia fuerte hubiera impedido el espectáculo. Pero esa tarde en Tlalpujahua solo lloviznó, lo que abría la posibilidad de una buena noche de avistamiento de luciérnagas.
Tras un recorrido breve por el centro del pueblo, comenzó el trayecto de 20 minutos hacia El Llanito Los Ailes, en el ejido San Francisco de los Reyes. El cielo seguía nublado y pasaban de las 17:30 horas. En el horizonte, persistían las nubes de tormenta.
Antes del ingreso al bosque, se realizó la inauguración oficial de la temporada de avistamientos, que abarcará julio y agosto. En el evento estuvo el presidente municipal Jorge Medina Montoya, y durante la inauguración se hizo el llamado a cuidar el medio ambiente:
“Si no lo hacemos, seremos la última generación en verlas”. También se destacó que el turismo puede apoyar la conservación y beneficiar a las comunidades, pero solo si se hace con responsabilidad.
Durante el acto se mencionó que el lema de esta temporada es: “Magia natural en cada destello”. También se informó que en Michoacán existen al menos 22 especies de luciérnagas y que todavía es posible conservarlas si se protege su hábitat.
Las reglas del recorrido son estrictas: no se permite el uso de linternas, paraguas, alimentos, repelentes, ni hacer ruido. La ropa debe ser oscura y sin reflejantes. Todo esto para evitar alterar el entorno y el comportamiento de los insectos.
En este sitio se han registrado especies que emiten luz en tonos verde, blanco, ámbar, e incluso azul y rojo. Las condiciones climáticas determinan su presencia. Una llovizna ligera puede favorecer la actividad, pero el frío o la lluvia intensa las mantienen ocultas.
Después de la ceremonia, se realizó un ritual para pedir permiso a la naturaleza. A las 19:20 comenzó una llovizna tenue que apenas duró unos minutos. Los visitantes formaron grupos y avanzaron en silencio.
El guía, Esteban Núñez, explicó que las luciérnagas son escarabajos de la familia Lampyridae y producen luz mediante una reacción bioquímica en su abdomen. En ella intervienen luciferina, luciferasa, oxígeno y ATP. La luz que emiten es fría y les sirve para comunicarse, principalmente en el cortejo.
Cada especie tiene su propio patrón de destello. En estado larvario pueden vivir hasta dos años; como adultas, apenas de tres a cuatro semanas. Algunas no se alimentan en esta fase; otras consumen néctar o pequeños insectos.
Son importantes en el ecosistema: sus larvas controlan poblaciones de babosas y lombrices, y ellas mismas son alimento para aves, murciélagos y reptiles. Además, funcionan como indicadores ambientales, ya que su ausencia refleja deterioro del hábitat por pesticidas, deforestación o contaminación lumínica.
A las 19:44, con el bosque completamente oscuro, comenzaron a verse los primeros destellos. El recorrido duró unos quince minutos hasta llegar al punto de observación. Decenas de luciérnagas se encendían brevemente entre los árboles.
El guía explicó que su actividad dura alrededor de 40 minutos, y que en noches favorables pueden volver a aparecer más tarde.
El avistamiento fue breve, pero suficiente para recordar que la vida silvestre depende del equilibrio del entorno. Lo que alguna vez fue común en Morelia, ahora solo sobrevive en sitios como este, donde el bosque sigue siendo parte viva del paisaje.