Morelia, Michoacán, 04 de febrero de 2025.- La aprobación de la reforma a la Ley del INFONAVIT, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, le confiere facultades para que además de otorgar créditos, se convierta, a través de una empresa filial, en constructor de vivienda social. Esto ha generado una serie de temores sobre el destino de los ahorros de millones de trabajadores. Por esta razón, el tema amerita algunas reflexiones.
Desde la creación del INFONAVIT, en 1972, se constituyó como un fondo de vivienda en beneficio de los trabajadores asalariados, con la participación tripartita del Gobierno, Sindicatos y Sector Privado. Por dos décadas las funciones del Instituto fueron las de promotor y desarrollador de vivienda de la llamada “de interés social”, para lo cual adquiría suelo, contrataba arquitectos y constructores para el diseño y la edificación de viviendas.
La normatividad y reglas para acceder a un crédito eran sumamente rígidas y limitaban el número de trabajadores que podía acceder a una vivienda con respecto a la gran cantidad de derechohabientes, que por décadas contribuían con sus pagos al fondo del Instituto. En respuesta a las recomendaciones del Banco Mundial para dejar a la oferta y demanda la política de vivienda, en 1992 se reformó la Ley del INFONAVIT para dejar de construir y limitarse al otorgamiento de créditos.
Con la finalidad de hacer frente a la crisis económica de finales de la década de 1990, heredada por Ernesto Zedillo, Vicente Fox buscó poner en circulación el multimillonario fondo del INFONAVIT. Esto implico facilitar el acceso de los trabajadores a su fondo de vivienda, para tal efecto se eliminaron requisitos que hasta entonces prevalecían como estar casado y no ser dueño de ninguna propiedad, entre otros. Así se logró que los créditos otorgados para vivienda del 2001 a 2006 fuera casi el triple que la realizada durante el sexenio de Zedillo.
Hoy en día, El Infonavit se ha capitalizado y maneja activos por 2.4 billones de pesos. Sólo durante el sexenio pasado se registró un aumento en los recursos del Instituto, producto de la política de aumentos salariales y la recaudación patronal fue de 1.6 billones de pesos, cantidad que se complementa con los 763,296 millones de pesos del Fondo de Inversión del Infonavit (Fanvit). De acuerdo con datos de Banco de México, Conavi y del Instituto a junio de 2024 las subcuentas de vivienda, administradas por el Infonavit sumaban 77.7 millones.
La actual reforma a la Ley del INFONAVIT propone que el instituto pueda crear una empresa constructora y desarrollar esquemas de arrendamiento social, utilizando no sólo los recursos disponibles para créditos, sino también parte de los rendimientos del fondo, a fin de financiar proyectos propios de vivienda. Se modifica el carácter tripartita, porque se modifica la forma de designar al titular del Infonavit, pues será nombrado directamente por la Presidencia de la República.
Si hoy existen millones de viviendas deshabitadas, ahora se le otorga al Infonavit la facultad para construir millones de viviendas, que tal vez la gente no quiera comprar o no pueda pagar. La cartera vencida del Infonavit es entre 17 y 18%, la reforma hace prever que aumentará y sin duda afectaría la rentabilidad del INFONAVIT y por lo tanto los ahorros de los trabajadores.
El mayor riesgo derivado de la reforma es que los 2.4 billones de pesos que representa el fondo, estarán en riesgo al ser manejados con criterios de discrecionalidad y opacidad, porque el Instituto dejaría de estar sujeto a la supervisión y vigilancia de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y de la Secretaría de Hacienda.
El Derecho a la Ciudad: Planeación vs. obra pública (última parte)