Foto: Asaid Castro/ACG Morelia, Michoacán

Todos los jueves, a las cinco de la tarde, la Plaza de San Agustín se llena de bocinas, cumbias y pasos arrastraditos. Allí reina Arturo Altamirano, mejor conocido como El Gallito, un DJ moreliano de 73 años que cada semana hace bailar a los viejitos de la ciudad.

“Yo también venía a bailar… luego ya no hubo música y pues tomé el lugar”, le comenta a un periodista de Cambio de Michoacán, mientras acomoda su equipo de sonido, que es modesto: una consola sencilla entre cables, unas bocinas, una memoria USB llena de cumbias, y una libreta cuidadosamente escrita donde lleva el control de los temas solicitados.

El Gallito no cobra, aunque coloca un botecito para quien guste cooperar. Dice que el Ayuntamiento le da permiso y hasta le proporciona la luz. No hay exigencias:

Y es que no es raro ver a varios abuelitos sentados alrededor de la pista improvisada, con los ojos puestos en alguna dama que, con suerte, también esté esperando a que la saquen a bailar.

Este maestro DJ moreliano es todo un estratega que se adapta a su público, por ello evita las norteñas que requieran pareja fija:

El ambiente del bailable es cálido, familiar. Algunos bailan con entusiasmo, otros son más discretos, y no falta los más pícaros que, con orgullo, le piden a quien ilustra la nota la foto del recuerdo con su pareja de baile.

Arturo Altamirano lleva casi tres años al frente de los bailables, aunque la historia de estos eventos para adultos mayores va más atrás. Antes de él estuvo Florentino Arévalo y después un señor de nombre Augusto, nada más que ellos sí cobraban, los pagaba el Ayuntamiento o pedían de a 20 pesos.

Hasta las nueve de la noche se mantiene la fiesta, con El Gallito anunciando las canciones por el micrófono, a la vez que agradece las monedas en el bote, y, sobre todo, se le infla el corazón al ver cómo se enciende la pista.

Con información de Cambio de Michoacán