Morelia, Michoacán, 03 de marzo de 2025.- En efecto, pareciera que las elecciones intermedias están a la vuelta de la esquina; todos, especificamente aquellos que han manifestado su intención de competir, están haciendo un posicionamiento claro y, de aquí en adelante, todo lo que hagan podemos ir relacionándolo a las aspiraciones legítimas que, con la premisa del 2021, afirmamos han comenzado ya.
En la actualidad, de hecho, se especula muy poco sobre la sucesión presidencial del 2030; hay muchas razones, especialmente el tiempo que resta para llegar a la cita. Aunque, si de lo que se trata es de ir poniéndole nombre y apellido a quienes mantienen ese alto nivel de competencia, la imagen del coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en San Lázaro, como uno de los pilares de este proceso de transformación, hay que tomarla en cuenta en esa lista por la experiencia y madurez, pero sobre todo por el apoyo social que los tiene ligados a la lucha por la democratización de la nación. Es, sobra decir, verdaderamente impresionante la energía que muestra Ricardo Monreal en todas las tareas que está encabezando. Su planeación y organización en los quehaceres legislativos hablan de su capacidad que, hasta este momento, han rendido frutos importantes para beneficio del país. Y no se diga la efervescencia que ha despertado a lo largo y ancho del territorio nacional, pues se trata de uno de los posibles candidatos presidenciales de Morena más competitivos.
Y precisamente ese ha sido uno de los motivos de organización del diputado Ricardo Monreal. Muchas veces lo hemos comentado en este espacio; no hay punto de comparación: es uno de los mejores perfiles por todos los ángulos que volteamos a ver. Su trayectoria avalan su trabajo; más de 40 años ininterrumpidos en distintas trincheras en que ha tenido participación activa y protagónica en temas fundamentales del país, son la prueba más contundente acerca de su posible aspiración a futuro. Eso, por méritos, sagacidad y entrega a la causa lopezobradorista, lo sitúan de nueva cuenta en el mosaico preelectoral. Y digo eso, con mucho más razón, ahora que se ha vuelto una pieza crucial del engranaje de Claudia Sheinbaum.
Por tal motivo, se ha situado en los primeros lugares de las preferencias en la simpatía y militancia de Morena, pero también de la población en general. Mientras que muchos le apuestan a lo que puede influir en el desempeño y lo mediático en los medios de comunicación, Ricardo Monreal, desde hace varios años, tiene un proyecto de nación integral en el que ha profundizado ejes fundamentales. En pocas palabras, el zacatecano ha trazado, en el caso de que las condiciones sean idóneas, su camino con una plataforma política a lo largo y ancho del país.
Y, por si eso fuese poco, tiene una noción muy clara de cómo consolidar un sistema de bienestar universal y aplicar una política social integral con programas, acciones y estrategias que sean complementarias, para dar solución a los problemas sociales complejos que enfrenta México. Él, en pleno proceso por el juego presidencial del 2024, ya había esbozado algunas ideas muy enriquecedoras que, de llegar a concretarse, continuarán profundizando la política de transformación que él mismo representa desde el Congreso Federal. No sé si, entre sus prioridades, está contemplando la carrera por la silla presidencial en 2030. Conociendo su empuje y energía, puede aprovechar al máximo, a la par de su lucidez, toda esa sagacidad que ha ido acumulando a lo largo de su carrera, en especial porque ha alcanzado un nivel de competitividad que no cualquiera puede presumir.
Hace poco, recuerdo, propuso una política y programas de cuidados, para asegurar el bienestar cotidiano de las personas dependientes; igualmente, fortalecer la red de asistencia social, pública y privada, y de protección jurídica eficiente, para hacer efectivos los derechos de las víctimas y la reparación de los daños. Y por si fuese poco, reiteró que es necesario alcanzar la autosuficiencia alimentaria, pues solo así se asegurará que en México nadie se quede sin comer, pero que esto sólo es posible con inversión en las tierras, ejidos y el campo. Eso, en materia legislativa, lo está poniendo en práctica, sobre todo con los proyectos de reforma constitucional que, como tal, son vistos con el acompañamiento del programa presidencial de Claudia Sheinbaum.
No tengo la menor duda que, cuando los tiempos aceleren ese cauce de una sucesión presidencial, Monreal, ya con Proyecto de Nación, será un detonante que haga más atractiva la propuesta para la sociedad civil, ya que resultará muy interesante, especialmente como un esquema para mejorar la calidad de vida, pues es completamente adaptable a las necesidades de la ciudadanía.
Mientras tanto, Ricardo Monreal se sigue consolidando en la carrera presidencial con Morena, de eso no tengo la menor duda. Él mismo, en reiteradas ocasiones, ha dicho que un político no se retira en su camino de esta profesión. Por eso, y con la enorme ventaja de ser uno de los principales protagonistas de la construcción del segundo piso, Monreal, téngalo usted por seguro, sabrá colocarse en el radar preelectoral para la sucesión presidencial.
Eso, como tal, no es algo carente de fundamentos si nos guiamos por la lógica de lo que significa el nombre de Ricardo Monreal. Para el zacatecano, como para muchos otros, está más que claro que el año 2030 es el tiempo perfecto, pues él, en esa baraja de perfiles, parece estar destinado para ir en busca de uno de sus más grandes sueños que, a la par, terminen de coronar su larga y exitosa carrera en el servicio público. Desde luego, hablamos de ser el sucesor de Sheinbaum si es que mantiene su posición de ser jefe de Estado. A nuestro juicio, podemos concluir que sí, máxime por el poder político que, de manera clara, lo identifica como el mejor operador que hay en nuestro país.
