Para la jueza de distrito Alba Yaneli Bello Martínez, la reforma judicial “ya está aquí”, por lo que lo importante ahora no es debatir si es buena o mala, “sino aprovecharla”.
Ashley Rodríguez / La Voz de Michoacán
México.- La reforma judicial en México ha generado una gran discusión sobre los beneficios y riesgos de elegir jueces, magistrados y ministros mediante el voto popular, reconocen expertos. Mientras algunos sectores ven en esta medida una oportunidad para fortalecer la democracia, otros advierten sobre el peligro de politizar el sistema judicial.
Alba Yaneli Bello Martínez, jueza de distrito, en entrevista para La Voz de Michoacán considera que “la reforma ya está aquí, ya pasó, y lo importante ahora no es debatir si es buena o mala, sino aprovecharla”.
Para ella, el reto más grande es que la ciudadanía se involucre en la elección de los perfiles adecuados: “si la sociedad no participa, si no se interesa en conocer a los mejores candidatos, entonces la reforma judicial no tuvo ningún sentido”, enfatiza.
Asegura que el proceso de selección no debe tomarse a la ligera y lo compara con la búsqueda de un buen servicio: “Incluso para elegir un restaurante revisas reseñas. Si vas a hacerte un traje, buscas al mejor sastre. Lo mismo debería pasar con la elección de jueces: conocer su trayectoria, sus valores y su desempeño profesional antes de darles nuestro voto”.
Uno de los mayores temores en torno a esta reforma es la posible pérdida de independencia del Poder Judicial, ya que someter a jueces y magistrados al voto popular podría hacerlos vulnerables a presiones políticas y sociales. La jueza reconoce estos riesgos, pero insiste en que la solución radica en elegir los mejores perfiles: “No importa si llegas por carrera judicial o por elección popular, lo fundamental es que una vez en el cargo, actúes con profesionalismo e independencia”.
“Si tu vecino es honesto y trabajador, votarás por él porque confías en su integridad. Lo mismo debe aplicarse a los jueces. La ciudadanía debe asegurarse de elegir a quienes han demostrado ser incorruptibles, ya sea dentro del sistema judicial o en el litigio”, Alba Yaneli insiste en que la clave está en la trayectoria y la ética de cada candidato.
En los últimos años algunos jueces han sido criticados por liberar a personas presuntamente vinculadas con el crimen organizado o delitos de alto impacto, hechos que para la opinión pública reflejan corrupción en el Poder Judicial, sin embargo, la jueza considera que esta visión muchas veces está errada o sesgada:
“No es que los jueces suelten a los culpables, sino que los procedimientos están mal integrados desde el principio. Si una detención es ilegal o la carpeta de investigación tiene errores, el juez debe garantizar el respeto a los derechos humanos. Eso no significa que se exonere a los delincuentes, sino que se obliga a las autoridades a hacer bien su trabajo desde el inicio”.
Aclara que los jueces no revisan la culpabilidad de una persona en los juicios de amparo, sino que evalúan si el proceso fue legal y justo. “Si permitimos que los procedimientos ilegales pasen por alto, cualquiera podría ser víctima de un abuso judicial. La certeza jurídica debe existir para todos, no solo para quienes son acusados de delitos graves”, enfatiza.
A pesar de las dudas y preocupaciones, la jueza confía en que esta reforma puede ser una oportunidad para mejorar la percepción ciudadana sobre la justicia en México. “Si logramos humanizar la impartición de justicia y acercarnos a la gente, la visión sobre el Poder Judicial puede cambiar. Pero todo dependerá de la participación de la sociedad y de la elección de los perfiles adecuados”.
Mujeres en el sistema judicial: un camino aún difícil
En un contexto donde la equidad de género sigue siendo un reto, la jueza comparte su experiencia como mujer dentro del sistema judicial y reconoce pese a los avances falta mucho por hacer, pues aún "muchas mujeres tienen que elegir entre su carrera y su vida personal. Yo postergue el deseo de ser madre para seguir creciendo profesionalmente, pero no todas logran llegar a estos cargos porque aún enfrentamos muchas barreras”.
Señala que la falta de espacios adecuados para la maternidad en las oficinas judiciales es un claro reflejo del problema. “No hay guarderías ni áreas habilitadas para que las mamás puedan estar con sus hijos después de su jornada laboral. Muchas mujeres terminan sacrificando su desarrollo profesional porque el sistema no les da opciones para equilibrar ambas cosas”.
Para ella, la equidad de género en el sistema judicial se logrará cuando las mujeres no tengan que elegir entre su carrera y su vida personal. “Cuando haya verdaderas condiciones de igualdad y las mujeres puedan crecer profesionalmente sin obstáculos adicionales, podremos decir que hemos logrado una justicia equitativa”, concluye.