Emocionarte

“No se trata de que nos amemos, podemos hacerlo. No se trata de concordar embelesadas por una fe, ni de coincidir en concepciones del mundo cerradas y obligatorias. Se trata de acordar de manera limitada y puntual algunas cosas con cada vez más mujeres. Sumar y crear vínculos. Asumir que cada una es un eslabón de encuentro con muchas otras y así de manera sin fin. Al pactar el encuentro político activo tejemos redes inmensas que conforman un gran manto que ya cubre la tierra, como el que pintara Remedios Varo”.
Marcela Lagarde y de los Ríos, 2006

Más allá de las flores y los estereotipos, el 8 de marzo, el día Internacional de la Mujer, es una fecha que invita a la reflexión profunda sobre la lucha histórica por la igualdad de género. Lejos de ser un día de felicitaciones y regalos, es una conmemoración de la valentía y la resiliencia de las mujeres que han alzado la voz contra la opresión y la discriminación.

Continuando con lo anterior, es importante saber que las raices históricas de esta lucha tienen orígen a finales del siglo XIX y principios del XX, en un contexto de intensas luchas laborales y sociales, en los que mujeres trabajadoras, especialmente en la industria textil, protagonizaron huelgas y manifestaciones exigiendo mejores condiciones laborales, salarios justos y el derecho al voto.

Si bien, este movimiento ha tenido diversos momentos significativos, uno de los hitos más conocidos fue el incendio de la fábrica Cotton textil factory en Nueva York en 1908, donde murieron 129 trabajadoras, en su mayoría inmigrantes; es esta tragedia la que visibiliza las condiciones precarias y peligrosas en las que trabajaban las mujeres y también la que fortaleció el movimiento por sus derechos.

Sin embargo, hoy 117 años después, a pesar de la lucha frecuente por los derechos de las mujeres, siguen existiendo espacios institucionales, en dónde encierran a las mujeres y las queman. Si bien, no es de manera literal como en aquel entonces, si de forma “simbólica” en dónde las hacen permanecer en jornadas de más de 8 horas, con rotación de horarios y sobre saturación de actividades que las llevan a un burnout (síndrome del quemado o agotamiento laboral).

Aunado a lo anterior, el 8M aunque ahora mucho más conocido, se ha tergiversado, por lo que es importante cuestionarnos y responder ¿Qué es y qué no es el 8 de marzo?

  • Si es:
  • Un día de conmemoración sobre la lucha histórica de las mujeres por la igualdad.
  • Un momento para reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos pendientes.
  • Una oportunidad para visibilizar la violencia de género y exigir justicia.
  • Un llamado a la acción para construir una sociedad más justa e igualitaria.
  • No es:
  • Un día para felicitar a las mujeres por su “feminidad” o su “belleza”.
  • Una ocasión para reforzar estereotipos de género.
  • Un día para minimizar o ignorar la violencia de género.
  • Un día para regalar flores o chocolates.

Así pues, la persistente violencia de género a pesar de los avances legales y sociales sigue siendo una realidad alarmante en todo el mundo. Desde el acoso callejero hasta el feminicidio, las mujeres enfrentan múltiples formas de violencia que limitan su libertad y ponen en peligro su vida.

Es fundamental reconocer que la violencia de género no es un problema individual, sino estructural, arraigado en la desigualdad de poder entre hombres y mujeres. Por lo que, para erradicarla, es necesario un cambio cultural profundo que promueva el respeto, la igualdad y la justicia.

En conclusión, el 8M es una invitación a la reflexión y la concientización. Es un día para escuchar las voces de las mujeres, para reconocer sus luchas y para unirnos en la construcción de un mundo en donde todas las personas tengan los mismos derechos y oportunidades. Es hora de dejar atrás los estereotipos y los prejuicios para construir una sociedad donde no solo las mujeres sino todas las personas puedan vivir libres de violencia y discriminación.

Asimismo, es importante recordar que la lucha por la igualdad de género es una responsabilidad de todas y todos. Cada acción, por pequeña que sea, puede contribuir a crear un mundo más justo e igualitario y extiendo mi reconocimiento a cada una de las personas por ese mundo.

Finalmente, queridas mujeres, mamá, hermana, tías, primas, colegas, pacientes, amigas, queridas hermanas; mi mayor reconocimiento y cariño para ustedes; para todas las que se quedan en casa, para las que salen a trabajar, para las que marchan, para todas y cada una de ustedes que desde su trinchera luchan… Gracias!!


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