El edificio actual es un claro ejemplo del estilo barroco, con ornamentación elaborada y detalles intrincados.
Arved Alcántara / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. La Parroquia del Sagrario Metropolitano, mejor conocida como el Exconvento o Templo de las Capuchinas, es una edificación religiosa que ha existido por casi 300 años. Ubicada en una zona muy concurrida, el entorno está lleno de negocios, oficinas del Ayuntamiento y una plazuela popular.
Cada día, cientos de personas se reúnen en la plazuela y el jardín contiguo al centro religioso, o acuden a hacer algún trámite a las oficinas de gobiernos. Los alrededores están llenos de establecimientos comerciales, por lo que también mucha gente acude, ya sea para los negocios de alimentos, mercerías, papelerías, tiendas de uniformes y ropa. Los ambulantes también se hacen presentes, principalmente en la plazuela y calles que dirigen hacia el mercado.
En los últimos años se ha tolerado la proliferación de vendedores ambulantes en la zona, que se dispersan en distintos puntos desde jardín, pero cubren prácticamente toda la calle Andrés del Río, la cual para muchos es ya casi una vía peatonal en la que el arroyo vehicular avanza a vuelta de vuelta de rueda.
Según la Arquidiócesis de Morelia, la construcción de esta edificación data del siglo XVIII. En ese tiempo, había una pequeña capilla “a extramuros de la población” dedicada a la Virgen de Cosamaloapan. El gobierno diocesano donó en aquel entonces esta capilla para la construcción de un convento destinado a las monjas capuchinas, hijas de caciques.
Información recopilada por el área de Turismo del gobierno del estado menciona que este conjunto arquitectónico pertenecía a la Orden de las Hermanas Clarisas Capuchinas y estaba destinado a las hijas religiosas de los líderes indígenas, ya que no podían ingresar a los conventos reservados para mujeres españolas o criollas.
Los archivos de la Arquidiócesis indican que la fundación del sitio ocurrió en 1734, y en 1737 se produjo un evento notable para la sociedad de la época cuando las religiosas del monasterio de Corpus Christi de México fueron trasladadas a esta nueva ubicación. Otras fuentes mencionan que un incendio destruyó el altar mayor original, pero se lograron salvar otros tres altares de estilo churrigueresco. Algunos elementos originales del centro religioso siguen bajo custodia en las iglesias de Morelia.
Inicialmente, el edificio no tenía las características necesarias para funcionar como convento, por lo que fue remodelado y finalmente demolido a principios del siglo XX, dando paso a una construcción de estilo neoclásico. Esta práctica fue muy común en los edificios del Centro, que al no cumplir con medidas o condiciones para ciertas funciones fueron reconstruidos o adaptados.
En 2015, un incendio menor dañó la puerta principal del centro religioso, que todavía se encuentra en restauración y en su momento fue incluso reemplazada temporalmente por una réplica en papel.
El edificio actual es un claro ejemplo del estilo barroco, con ornamentación elaborada y detalles intrincados. La fachada del templo es sobria y elegante, y el interior cuenta con altares dorados y retablos detallados.
Hoy en día, los morelianos se refieren a toda la zona como Capuchinas, ubicada al sur del Centro de la ciudad, en la intersección de las calles Ortega y Montañez, esquina con Andrés del Río. Es uno de los puntos más frecuentados del Centro Histórico, ya que abarca la ruta hacia el Mercado Independencia.