López Obrador, calificó las amenazas del candidato republicano Donald Trump de enviar «escuadrones de la muerte» a México como retórica electoral
Ciudad de México.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rebajó este miércoles las amenazas del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, de enviar “escuadrones de la muerte” al país como un cuestión de “retórica electoral” y advirtió de que México “no es un patio trasero” para Estados Unidos.
Preguntado por EFE sobre el presunto plan del exmandatario (2017-2021) para enviar “escuadrones de asesinos” a México para eliminar a los carteles del narcotráfico, reiteró que estas declaraciones se tienen que enmarcar en la “circunstancia” electoral, que favorece “propuestas que buscan obtener simpatías”.
“Hay, en estos tiempos electorales, más retórica, no quiero usar otro término, que de costumbre”, explicó López Obrador.
Así, sostuvo que los aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos tienen presente que la relación entre ambos países “se tiene que dar en un pie de igualdad”.
“Ellos saben ya que México (…) no es un patio trasero”, aseveró, al agregar que no “permite” la subordinación a ningún Ejecutivo extranjero “sea chino, ruso o estadounidense”.
Varios medios mexicanos se hicieron eco de un reportaje de la revista estadounidense Rolling Stone donde el entorno cercano a Trump reveló que el aspirante plantearía enviar “escuadrones de asesinos” a México para combatir el crimen organizado “con o sin el apoyo” de la administración mexicana.
En su portal de campaña, el republicano marca como una de sus 20 “promesas básicas” el “acabar con la epidemia de delincuencia migratoria” y “demoler” los carteles de droga extranjeros.
Sin embargo, López Obrador opinó que, una vez pasadas las elecciones, “ya son otras las políticas y las prácticas” y aseguró que, cuando Trump estuvo en el Despacho Oval, “fue respetuoso” con la soberanía de México.
Esta es una posición que el mandatario mexicano ha mantenido cada vez que nacía una nueva polémica con Trump, a quien considera un “amigo”, a la par que avisaba de que cerrar la frontera común desataría “una rebelión” en los estados limítrofes de ambos países.