Ciudad de México

Según cifras oficiales, nueve niñas de 10 a 14 años dan a luz todos los días en México y tan solo en 2023 se tiene el registro de 3 mil 134 partos en ese rango de edad en el país como un reflejo de la violencia sexual que vive este segmento de la población.

Si a estos partos de niñas se suman los nacimientos en los que la mamá es adolescente (15-19 años), tan sólo el año pasado se registraron en total 137 mil 660 embarazos de acuerdo con las cifras de natalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Otros datos indican que entre 2015 y 2023 más de 2.6 millones de niñas y adolescentes se convirtieron en madres en el país, un hecho que profundiza las vulnerabilidades en que ya viven los menores en las zonas más marginales del país.

Ante esta problemática fue creada la Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazos en Adolescentes (Enapea), que comenzó en 2015 y tuvo una segunda etapa en 2021.

Las metas del plan, desde el inicio, fueron ambiciosas: erradicar el embarazo infantil y reducir a la mitad la tasa de fecundidad entre adolescentes de 15 a 19. La fecha límite: 2030.

El año en el que se lanzó la Enapea se tenía una tasa de 15 embarazos por cada 10 mil niñas de 10 a 14 años y las últimas cifras de 2023 muestran que esta bajó a seis, pero entidades como Colima, Guerrero, Yucatán, Tlaxcala, Michoacán, Coahuila, Chihuahua, Puebla y Querétaro están por encima de estos números.

“Lo que hemos visto es que parece ser un fenómeno que se va transmitiendo intergeneracionalmente (es decir de una generación a otra), esto como resultado de las situaciones de desigualdad estructural en las que se ven estas niñas y adolescentes”, comenta Vanessa Arvizu, profesora-investigadora de la UAM Azcapotzalco.

Enfrentar un embarazo en la infancia o en la adolescencia no solo conlleva un impacto socioeconómico, también duplica y cuadruplica el riesgo de muerte materna de acuerdo con un artículo publicado por el Instituto de Salud Pública (INSP).

Además, estos embarazos conllevan un impacto en sus vidas a nivel social, porque el fenómeno le quita oportunidades a nivel escolar, laboral o las hace permanecer en círculos de violencia.

Un análisis revela que la diferencia de edad entre las madres menores de edad y los padres puede llegar a ser abismal. En el 50% de los embarazos infantiles registrados de 2015 a 2023 el hombre tiene entre 18 y 75 años.

Con información de El Universal