Morelia, Michoacán, 08 de agosto de 2024.- Tras siete años de arduo entrenamiento, los esfuerzos, la disciplina, la constancia y la perseverancia, empezaron a dar frutos; sostiene de manera segura el joven michoacano Arturo Menchaca Barrera y entrenador del medallista olímpico Osmar Olvera; hoy platicando con Osmar, comentábamos que hay algunos errores en dos clavados que pueden mejorarse; porque nuestra meta conjunta es ser campeones y seguiremos trabajando en ello.
Arturo Menchaca, es hijo de Arturo Menchaca Sotelo y de María del Rosario Barrera; este joven michoacano egreso de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID) con la licenciatura de Educación Física y Deporte en Morelia, posteriormente, cursó la maestría de “Alto Rendimiento”, en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Pero antes, este joven inquieto jugó fútbol americano en los clubes o equipos de Guerreros (Independiente), Panteras, Cuervos y tuvo un breve paso por los Zorros de la UMSNH; en el equipo Guerreros a sus 15 años no sólo era jugador, sino que también coach, lo mismo sucedió en el equipo Panteras donde salieron campeones, hacia las dos funciones.
“Yo siempre tuve la espinita de trabajar con atletas de alto rendimiento; ese fue uno de mis primeros sueños y metas, por eso me fui a estudiar la maestría; a mi me gusta ganar y soy muy disciplinado y exigente; pero ahí en Monterrey me dieron la oportunidad de trabajar con el equipo femenil de fútbol; después de ahí nos concentraron en el Centro Nacional de Alto Rendimiento de la Conade (CNAR), en donde conocí a grandes atletas del equipo de clavados como Osmar Olvera, Randall, Andrés Villarreal, Carolina Mendoza, María José Hernández, entre muchos otros, ahí empezó mi primer acercamiento con ellos”.
“Ahí los empecé a entrenar y también al equipo femenil de natación de gimnasia rítmica”.
“Con Osmar hemos trabajado muy duro en temas de planificación, medios de recuperación, fortaleza, y muchos más. Él siempre demostró mucha disposición, actitud y disciplina, son el sello que lo caracteriza; tiene mucha hambre de demostrar que es el mejor, igual que yo. A mi me tocó su transición, de adolescente a un hombre; hubo muchos cambios, lesiones, una operación y estuve a su lado en su recuperación”.
«Posteriormente salí de la Conade y me integré como preparador físico del equipo de béisbol de los Diablos Rojos; pero el equipo me dio permiso de seguir entrenando a Osmar; nuestra preparación para estos Juegos Olímpicos inicio después de los de Tokio, estuve concentrado con él, en el CDAR durante 2 años”.
“Y los resultados se dieron, pero siempre nos hemos planteado ser campeones olímpicos y para eso vamos a seguir trabajando; hay dos clavados en los que puede mejorar: en el de tres y media atrás y tres con uno”.
“Platicando esta mañana con Osmar vía telefónica, porque me tuve que regresar de París para continuar los trabajos con Diablos Rojos, comentamos que más allá de aplaudirnos, tenemos que darnos cuenta de que hay que mejorar; somos conscientes de que hubo dos clavados que pudieron tener mayor puntuación, pero también nos agradecimos mutuamente lo que hemos aprendido el uno del otro”.
“Qué sigue ahora para mí, enfocar todas las pilas para que Diablos Rojos sea campeón, estamos en los playoffs y quiero sentar precedentes en este deporte, siempre le pido a Dios me guie y me ayude para lograrlo; agradezco todo el apoyo de mis padres, de mis hermanos Ireri y Leopoldo Menchaca Barrera; así como de mis sobrinas Lía e Ivanna».
Sus orgullosos padres, Arturo Menchaca Sotelo y María del Rosario Barrera, señalaron: «Sólo te podemos decir, que como familia Menchaca Barrera nos sentimos muy orgullosos por los logros profesionales de nuestro hijo y que vendrán muchos más triunfos para él, por su alto compromiso con el deporte y más con nuestro querido México”.