Morelia, Michoacán

La segunda temporada de Micro Teatro, con la dirección artística de Steven Garita, fue estrenada con un gran éxito de público este 4 de abril en el Teatro Matamoros con cuatro obras en escena que exploran en un teatro experimental que propicia búsquedas interesantes, despierta emociones y dejan múltiples sensaciones en los espectadores.

Hagamos un breve repaso por las obras.

PSICOSIS

(Todo ocurre en un montacarga y sus alrededores…)

Este monólogo de la dramaturga británica Sarah Kane parece haber sido escrito a la medida de la actriz Lizeth Rangel, a quien le sobra la presencia escénica y un temperamento que crece en cada parlamento.      

La obra nos enfrenta a la depresión: la enferma, internada en una institución de salud mental, no puede comer, dormir, hacer el amor. No se soporta ni tampoco tolera a los médicos y las medicinas. Tiene tendencias escapistas, delirio de persecución y es una suicida. Su inadaptación social es total.

Lizeth Rangel se adueña de la jaula en la que ha sido confinada y nos estremece en los escasos 20 minutos que dura la puesta. El discurso, fluido, profundo, lacerante, va de la mano de acciones físicas vigorosas y urgentes. La pieza se presta para múltiples interpretaciones, análisis o puntos de vista. Esta mujer de verdad quiere morir… ¿no será que está clamando por su redención?

ROMEO Y JULIETA

(Subimos muchas escaleras… y valió la pena)

Esta obra clásica de William Shakespeare se representó en el Mirador del Matamoros, lugar bellísimo, a la luz de la luna y con la catedral de fondo.

La escena que vimos fue la del balcón de Verona, una de las más románticas de la historia del teatro, en la cual estos puro e inocente adolescentes se declaran su amor y acuerdan casarse al día siguiente a escondidas de sus familias rivales.

Sin embargo, el escenario se colocó un poco lejos del público y los micrófonos fallaron. Tal vez por esta razón a la obra le falto un poco más de pasión, picardía, emotividad. Anete Calderón y Julián Plaza, jóvenes y talentosos, están llenos de ganas y lo tienen todo su favor, solo les falta meterse aún más en las ropas de sus personales. El éxito total está a la vista.

CABARET TRÁGICO

(Ahora nos vamos al mezzanine… un lugar bello y lleno de misterios)

Probablemente esta sea la obra más divertida. Tiene tres narraciones muy breves: un soldado con dos generales; un noble que no sabe qué ordenar y tres ancianos que quieren contar cuentos, pero no cuentan nada.

En principio, la idea de abarcar tantos contenidos en tanto poco tiempo pareció arriesgada, aunque, en realidad la escena del noble que no sabe qué pedirles a sus criados es imperdible.

Con un diseño escenográfico formado por cubos de madera, el conflicto se hace delirante e invita al público a divertirse. Lo criados, andan encorvados, se arrastran, lanzan gritos frenéticos, lucen máscaras y le dan vida libre al humor, a la irreverencia, a la sátira y a una ironía que se torna irracional, delirante (al final, el señorón ordena a sus súbditos que los “golpeen”).

En la promoción del espectáculo se dice que en Cabaret Trágico, todo puede ocurrir. Y es cierto: aquí triunfan el dolor, la destrucción, el deseo, la frustración y el amor.

Los actores Alexis Lambriz, Oscar Negrete y Cuauhtémoc García le agregan nuevos matices a esta obra del polémico Alejandro Jodorowsky y lo hacen con un buen manejo de la escena y con recursos histriónicos que dejan en los asistentes sensaciones muy vivas.

LAS GALAS DEL DIFUNTO

(Este drama aprovecha la oscuridad del sótano…)

El teatro esperpéntico, un género teatral que deforma la realidad de manera grotesca y satírica, creado por el escritor español Ramón del Valle-Inclán, tuvo una buena noche en el Matamoros este último viernes.

Una Daifa (prostituta), una mujer que ha quedado embarazada y está buscando a su amado, conoce a Juanito Ventolera, quien logra cautivar a la Daifa con las historias que ha vivido en la guerra como soldado e inventando noticias falsas de su amado.

La empatía entre estos dos personajes, sumergidos en una gran tragedia, pronto despierta una atracción mutua… y nace una chispa de seducción.

Resulta positivo disfrutar en esta pieza de la actuación de Lizzie Mambo, una actriz ya con buenas tablas. Esta mujer, con un solo zapato, se encorva, se agacha, se bambolea para fragmentar su cuerpo y darle vida a una sensualidad tóxica.

Su “presa”, el militar, está encarnado por Carlos Durán, quien, lleno de vendajes, nos alerta que, a veces, el sueño de sobrevivir llega con un rostro feo y sucio.

En abril, la Micro Teatro podrá ser visto, además, los días 5, 12 y 26 en los horarios de 7:00, 7:30, 8:00 y 8:30 pm.

Adquiere tus boletos en la taquilla del Teatro

🎟 1 obra: $60 pesos

🎟 Paquete de 4 obras: $200 pesos


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