La reforma sobre apología del delito busca frenar la glorificación de la violencia sin limitar la libertad de expresión, sostuvo el gobierno de Michoacán.
Morelia, Michoacán.- El consejero jurídico del Gobierno de Michoacán, César Augusto Oscegueda Robledo, aseguró que la iniciativa para tipificar la apología del delito en el Código Penal del estado no tiene como propósito limitar la libertad de expresión ni criminalizar el ejercicio periodístico, sino frenar la normalización de la violencia y su glorificación en contenidos mediáticos.
Durante la rueda de prensa encabezada por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, en Casa Michoacán, el consejero jurídico justificó que la reforma busca hacer frente al impacto social de los contenidos que exaltan al crimen organizado.
“La difusión de los narcocorridos, de las narcoseries y contenidos que glorifican, ensalzan la violencia ha normalizado conductas ilícitas y por supuesto que generan un impacto negativo en los sectores, sobre todo en nuestros jóvenes, en los niños michoacanos”, dijo.
Sobre la iniciativa, presentada el pasado 12 de mayo ante el Congreso local, señaló que no es una figura inédita.
“Este delito no es nuevo ni exclusivo de Michoacán. Se encuentra regulado por el Código Penal Federal y en los estados de Baja California Sur, Campeche, Estado de México, Jalisco, Nuevo León, San Luis Potosí, Aguascalientes, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora y Tlaxcala”, detalló.
Incluso recordó que el propio Código Penal de Michoacán contemplaba, desde 1980, la “provocación de un delito y apología de este o de algún vicio”.
Consideró que hay una diferencia fundamental entre la apología del delito y la libertad de expresión o el ejercicio informativo.
“Es fundamental distinguir entre la manifestación libre de las ideas, la labor periodística, la labor informativa, el respaldo a una ideología o creencia general, de lo que es la apología del delito”, insistió.
Y agregó: “expresar apoyo a una determinada forma de pensar no constituye apología delictiva, siempre y cuando no se justifiquen ni se promuevan directamente acciones ilegales derivadas de esa ideología”.
Comentó que el objetivo de la reforma es sancionar a quienes promuevan o glorifiquen el crimen, no a quienes lo informan.
“La regulación de la apología del delito no debe interpretarse como una medida que coarte la libertad de expresión ni la labor periodística, sino es un mecanismo para evitar la normalización y legitimación de conductas delictivas que afectan a la estabilidad social”, expresó.
Y añadió que, además, el texto de la reforma establece explícitamente una excepción para quienes ejerzan el periodismo.
“Quedan exceptuados de lo establecido en el artículo anterior y en la fracción novena del 24, quienes informen en cualquier medio de comunicación en el legítimo ejercicio de su profesión u oficio periodísticos atendiendo al derecho a la información”, señaló.
“Esta reforma no criminaliza el ejercicio periodístico, solo serán sujetos de este delito aquellos que incentiven la criminalidad, lo cual no ocurre con el periodismo, porque su propósito es informar, generar conciencia y contribuir al bienestar social”, concluyó.
