Octavio Ocampo maniobra acciones para asegurar su permanencia en la dirigencia del PRD Michoacán mediante una asamblea cuestionada.

Morelia, Michoacán.-En medio de un proceso interno cuestionado por su falta de apertura, voces al interior del PRD advierten que el presidente estatal Octavio Ocampo Córdova se aferra al cargo y maniobra para garantizar su ratificación como dirigente de Michoacán mediante una asamblea a modo.

De acuerdo con fuentes internas del partido, la reciente solicitud de licencia de Ocampo Córdova a su curul en el Congreso local no obedece a un acto de congruencia política, sino a la necesidad de operar directamente la asamblea estatal del próximo 12 de abril, en la que se definirá la nueva dirigencia.

El objetivo, señalan, es asegurar que los delegados participantes sean afines a su grupo político y respalden su permanencia en la presidencia del sol azteca.

La comisión de transición —integrada por miembros del actual Comité Directivo Estatal— fue la encargada de elaborarla y se prevé que el documento sólo esté disponible cuatro días antes de la asamblea, lo que limita las posibilidades de una contienda real y abierta.

Hasta la fecha no se ha hecho público ningún registro de candidatos, y el método de elección será por medio de una asamblea estatal, no a través de un proceso abierto en urnas, como se ha exigido desde algunos sectores del partido.

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En ese contexto, la diputada local Brissa Ireri Arroyo Martínez ha sido la única mujer perredista que ha manifestado abiertamente su interés por tomar las riendas del partido, con un llamado a evitar la repetición de las viejas prácticas que llevaron al PRD a su ruina.

“El proceso debe ser transparente, plural y abierto, no una simulación que garantice la permanencia de quienes ya han tenido la oportunidad de conducir al partido”, expresó recientemente la legisladora.

Actualmente, el PRD en Michoacán es el único partido político cuya presidenciaq y secretaría general están en manos de hombres, lo que ha encendido críticas por la falta de equilibrios de género y por la opacidad con la que se ha manejado la sucesión en su dirigencia.

Con una convocatoria limitada, sin competencia abierta ni reglas claras para la participación interna, el partido del sol azteca se encamina a una renovación que, más que cambio, huele a continuidad.