La cifra de muertos por la explosión de un coche bomba en las cercanías de la ciudad de Manbech, al norte de Siria, ha aumentado a 20, la mayoría mujeres, según informó la Presidencia siria. Este ataque, que ocurrió el 8 de diciembre, es considerado el peor desde el derrocamiento del presidente Bachar al Asad.
En un comunicado oficial, la Presidencia siria calificó la explosión de “traicionera” y expresó su compromiso de perseguir y juzgar a los responsables del ataque.
«Este crimen no pasará sin imponer los castigos más duros a sus responsables para que sean un ejemplo para todos los que piensan en jugar con la seguridad de Siria o hacer daño a su pueblo», se lee en el comunicado.
Las víctimas viajaban en una camioneta cerca de donde ocurrió la explosión, que tuvo lugar en una carretera cercana a Manbech, una ciudad que ha sido escenario de constantes enfrentamientos entre la alianza Fuerzas de Siria Democrática (FSD), liderada por kurdosirios, y los rebeldes sirios proturcos.
Aunque hasta el momento ningún grupo ha reivindicado la responsabilidad del ataque, se trata de la sexta explosión de este tipo en la región controlada por facciones proturcas desde diciembre.
La explosión más reciente ha sido confirmada por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, que reportó la muerte de 9 personas, incluidos miembros del Ejército Nacional Sirio (SNA), y 15 heridos en otro ataque en la ciudad hace dos días.
Manbech, situada al este de Alepo, sigue siendo uno de los principales objetivos de los rebeldes sirios en su ofensiva contra las FSD, una alianza apoyada por Estados Unidos.
El ataque subraya la continua violencia y la inestabilidad en el norte de Siria, donde las tensiones entre facciones locales y grupos internacionales siguen afectando a la población civil.
Fuente: López-Dóriga