Morelia, Michoacán, 30 de julio de 2024.- La historia comienza en el año de 1920, Inglaterra se recuperaba de los horrores de la Primera Guerra Mundial y se vislumbraba una época de relativa prosperidad en las principales capitales del mundo. Pero mientras llegaban los felices años veinte, en la pequeña localidad costera de Littlehampton se desarrollaba un drama vecinal. Decenas de cartas anónimas empezaron a distribuirse en el pueblo con la intención de escandalizar con su contenido obsceno. Después de una somera investigación y múltiples acusaciones, resaltaban los nombres de dos vecinas: Edith Swan y Rose Gooding. ¿Quién de ellas era la culpable?
Este caso real fue la inspiración para la nueva película de la cineasta y directora teatral Thea Sharrock, Pequeñas cartas indiscretas (Wicked little letters, 2023), con la que cosechó algunos comentarios positivos después de su estreno en el Festival de Toronto. Sus protagonistas no podían ser más distintas: Edith (Olivia Colman), es una mujer madura y mojigata que vive con unos padres dominantes, mientras que Rose (Jessie Buckley), es una madre soltera joven, malhablada y alegre, que acaba de mudarse al vecindario con su nueva pareja.
Con esta presentación, los ingredientes están puestos para una comedia de opuestos. La directora nos cuenta a manera de flashback, como la incipiente amistad entre las dos vecinas se transforma muy pronto en rencor. La narrativa se encarga de polarizar ambas personalidades, teniendo como telón de fondo la actitud marcadamente conservadora de la sociedad inglesa de la época, una actitud que hace eco del contenido de las misivas, sus insultos son tan rebuscados que en la actualidad resultan francamente cómicos.
Aunque fueron muchas las personas que recibieron estas cartas, había una en particular que parecía ser el objetivo central de los ataques: Edith Swan. En la película, la torpe intervención policial solo se enfoca en perseguir a la sospechosa más obvia, su vecina y enemiga Rose. Pero es evidente que algo no cuadra y es Gladys Moss, una mujer policía, quien decide resolver el caso reuniendo a un grupo de mujeres de la zona.
El guión marcadamente humorístico, escrito por el comediante Jonny Sweet, se acentúa con el tono ligero que le imprime la dirección de Thea Sharrock. Parece claro que la directora inglesa no se sale de su zona de confort, si damos un vistazo a su filmografía encontramos varios trabajos para televisión, una cinta animada para Disney, además de la que hasta ahora es su mayor éxito comercial Yo, antes de ti (Me before you, 2016), adaptación de la novela homónima de Jojo Moyes.
A pesar de su excesiva ligereza, la cinta respeta en lo general los detalles del caso. Incluyendo por supuesto, la peculiar forma en que la primera policía mujer de Littlehampton, atrapó a la culpable: usando tinta invisible en los sellos postales. Claro, para estar a la altura de los tiempos que corren la directora se tomó algunas libertades, la más notoria de ellas, personificar a la policía Moss con una actriz de ascendencia india.
Casi desde el principio queda claro quien es la autora de las cartas, no hay un verdadero misterio, el verdadero interés se centra en descubrir la manera en que se resuelve la situación. Lo mejor de Pequeñas cartas indiscretas es por supuesto, el desempeño de sus protagonistas, Jessie Buckley y Olivia Colman. La primera esgrimiendo con desparpajo un lenguaje florido cargado de acento irlandés y la segunda, personificando a una mujer reprimida, envidiosa e insatisfecha, incapaz de ganarse la atención de su padre, un hombre de ideas muy anticuadas.
El caso de las cartas de Littlelhampton es muy interesante y en su momento llegó a captar la atención nacional, está contado a detalle en el libro de Christopher Hilliard, The littlehampton libels. A miscarriage of justice & a mystery about words in 1920s England (tristemente aún sin editarse en español). La rivalidad entre dos antiguas amigas que precedió al envío masivo de cartas risiblemente obscenas daba para mucho más que una comedia ligera. Y contando con ese elenco, la versión de Thea Sharrock parece una oportunidad desperdiciada.